vitoria. La edad de los maltratadores es cada vez más joven. ¿Cuál es la razón de este fenómeno?
La razón hay que buscarla en la principal causa de la violencia contra las mujeres, que no es otra que la desigualdad. Desigualdad que todavía persiste y que justifica, legitima y refuerza estereotipos sexistas en las relaciones entre mujeres y hombres que, en algunos casos, suponen control y maltrato. Dado que la desigualdad persiste y es un elemento presente tanto en nuestra cultura como en nuestras estructuras, ésta se manifiesta también entre la población más joven, donde, curiosamente, ni siquiera existe a veces la conciencia de vivir situaciones de desigualdad, lo que hace todavía más difícil su toma de conciencia y su prevención.
Aumenta el número de mujeres extranjeras, fundamentalmente latinoamericanas, que sufren violencia de género en la CAV. ¿Cómo se puede ayudar a este colectivo?
Es importante significar que casi el 70% de las mujeres agredidas es de la CAV, frente a un 30% de mujeres inmigrantes. Es cierto que este 30% está muy por encima del porcentaje de población inmigrante en Euskadi, que se sitúa en torno al 6%. Para ayudar a las mujeres inmigrantes se debe realizar un esfuerzo por llegar a ellas y trasladarles información sobre sus derechos y qué vías de atención y protección tienen. En este punto, debe adecuarse la atención en función de si estas mujeres están en situación irregular, puesto que ello puede agravar su problema si perciben que las instituciones pueden penalizarlas. Se están haciendo serios esfuerzos por llegar a las mujeres inmigrantes por parte del Gobierno Vasco, donde se ha establecido una colaboración entre la Dirección de Inmigración y la DAVVG, en la que también participa Emakunde.
El 77% de los agresores es pareja o expareja. ¿Cómo puede combatirse este problema?
La respuesta a esta pregunta sería muy larga. Por definición, la violencia ejercida contra las mujeres se sufre, precisamente, por el hecho de ser mujeres. Esta afirmación es la que dota de legitimidad, por ejemplo, a la Ley de Medidas Integrales contra la Violencia de Género de 2004. Las mujeres sufren discriminación, desigualdad de oportunidades y maltrato por ser mujeres, porque nuestra cultura y nuestro modelo social son desiguales y han legitimado un trato desigual a mujeres y hombres. La violencia machista y el maltrato son una de las expresiones más graves de la desigualdad de género.
¿Influye el nivel de formación académica y de ingresos económicos en el perfil de los maltratadores?
No existe un perfil de maltratador. Entre los hombres que maltratan encontramos personas de elevados y de bajos ingresos, hombres con estudios superiores y sin estudios. No se puede tratar de explicar la violencia que algunos hombres ejercen sobre las mujeres intentando buscar un rasgo que les defina como maltratadores. El principal problema es la socialización en estereotipos sexistas que legitiman el trato desigual y la diferente atribución de valor a lo masculino y a lo femenino.
¿Por qué muchas mujeres acaban retirando finalmente las denuncias?
Las víctimas están sumidas en un ciclo de la violencia. El agresor inicia el maltrato a través de violencia psicológica, que mina la autoestima de la mujer, a esta violencia le sigue la violencia física y después periodos de arrepentimiento y perdón. La mujer llega a creer que quizá se merezca el maltrato, que quizá haya hecho algo para merecerlo.