BILBAO. La Encuesta Filvit elaborada por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y el Centro de Información de la Pediculosis, revela también las falsas creencias de la población ante el inicio del curso escolar y que solo el 15% acudió al farmacéutico en busca de un tratamiento adecuado contra la infestación.

Así, más de 3 de cada 4 entrevistados reconocieron que se sentirían avergonzados si sus hijos tuvieran piojos y la mitad de los vascos consideraban que la suciedad en el pelo aumentaba el riesgo al contagio. Sin embargo, los expertos insisten en que los piojos "no se propagan con la suciedad ni están relacionados con el nivel socioeconómico, incluso prefieren el pelo limpio", asegura el presidente de la SEPEAP, el doctor José Luis Bonal.

Más de 200.000 niños han empezado sus clases en Euskadi en los niveles de infantil y primaria, las edades más susceptibles de infestación debido a los hábitos de juego. Bonal ha advertido que la vuelta a clase supone "una época crítica para el contagio, en la que se hace especialmente necesaria la protección, ya que muchos niños vuelven con piojos de vacaciones y el contacto frecuente entre cabezas hace propicia la infestación".

La encuesta pone de manifiesto otras falsas creencias en torno a la pediculosis, como el hecho de que 3 de cada 4 vascos creen que se puede combatir los piojos cortándose el pelo, algo que solo es eficaz si se rasura por completo y que los especialistas estiman "excesivo" dado que existen champús y lociones pediculicidas y productos protectores.

En cuanto al vinagre, casi 6 de cada 10 vascos confiesa que lo ha utilizado para hacer frente a la invasión de piojos, se trata de un remedio eficaz para desprender las liendres (huevos) pero no tanto para eliminar los piojos.

Más de 7 de cada 10 padres vascos afirma que avisarían al colegio en el caso de descubrir que sus hijos tienen piojos y 8 de cada 10 tomarían medidas protectoras con el resto de la familia para evitar el contagio. Sin embargo, 2 de cada 10 padres aseguran que dejarían de llevar a su hijo al colegio por unos días en caso de presencia de piojos, y 4 de cada 10 considera que no es necesario.