Vitoria. Indignados y engañados. Así se sienten las familias numerosas de Álava tras conocer que el Gobierno foral va a suprimir este mismo curso las ayudas económicas a los libros de texto. Recuerdan que en las reuniones previas mantenidas antes de que el PP entrara a gobernar en la Diputación y en el Ayuntamiento de Vitoria no se habló de este tipo de medidas. Tampoco ha sentado nada bien en el resto de los hogares, especialmente en aquéllos que tienen los hijos matriculados en un centro concertado, en los que a diferencia de la escuela pública, no es posible reutilizar un libro de un año para otro.

Unos y otros no han querido dejar pasar un día para mostrar su malestar ante el anuncio realizado por el diputado general de Álava. El pasado martes, Javier de Andrés confirmaba lo que por otra parte ya se venía sospechando entre la comunidad educativa, y más aún después de que el alcalde de la capital gasteiztarra, Javier Maroto, avanzara en julio que dejaría de colaborar con el Gobierno foral, al que cada año aportaba 900.000 para subvencionar los manuales escolares.

Gracias a este dinero, más otros 900.000 que aportaba la Diputación, cerca de 20.000 alumnos alaveses se veían beneficiados cada año por una línea de ayudas que permitía sufragar buena parte de este material escolar. En concreto, se daban 50 euros a los estudiantes de Infantil, 90 a los de Primaria y hasta 140 a los de Educación Secundaria. Sin embargo, De Andrés también ha decidido anular su aportación tras descubrir, dice, un agujero económico de 40 millones de euros que le va a obligar a dar un fuerte tijeretazo. Además, añade que subvencionar los libros de texto no está dentro de sus competencias, sino en las del Gobierno Vasco.

En cualquier caso, el enfado es evidente en muchos hogares alaveses, tanto en los que tienen a los hijos matriculados en la red concertada como en la pública, si bien estos últimos pueden acogerse al modelo de préstamo promovido por el Departamento vasco de Educación en las aulas de Primaria y en las del primer ciclo de la ESO. En cambio, son pocos los que acudiendo a un colegio concertado tienen esta posibilidad. "Va a ser muy duro para muchas familias, especialmente en estos momentos de crisis. Era una ayuda muy importante", asegura Rafael Andrés, presidente Fapacne, la Federación Alavesa de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Centros Concertados.

Igual o mayor es el enfado que existe en Hirukide, el colectivo que agrupa a las familias numerosas, ya que en los contactos previos con el que ahora es diputado general de Álava no se les informó al respecto. "Quizá se han encontrado un problema económico mayor al que preveían, pero en nuestras reuniones previas a que entraran a gobernar en ambas instituciones en ningún caso se nos llegó a insinuar que sus ajustes fueran a ir en este sentido", declaró la directora de Hirukide, Natalia Diez-Caballero. En la asociación aseguran estar "indignados" con la decisión, que sitúa a Álava lejos de ser un ejemplo ante el resto de los territorios, como venía siendo hasta ahora, apuntaron.

El que no quiso entrar en el debate fue el Departamento vasco de Educación que dirige Celaá, sobre el que recae la competencia en materia de libros de texto. Sí hablaron, en cambio, los socialistas alaveses que, en un comunicado, señalaron que "trabajarán para impedir la supresión de la gratuidad pretendida por el PP". El grupo juntero del PSE considera que los recortes no deben realizarse en políticas que garantizan derechos constitucionales de los ciudadanos.