vitoria. Carpetas, bolígrafos, cuadernos, rotuladores, reglas, compases, gomas de borrar, sacapuntas, subrayadores... La vuelta al cole supone llenar la mochila de abundante material necesario para llevar al día las clases. Si bien la compra de libros de texto implica un desmbolso económico importante, la de este tipo de accesorios no es para menos. Se calcula que los alaveses gastan por cada hijo en torno a 50 euros, una cantidad a la que no todos pueden hacer frente.

Por este motivo, otro año más Cruz Roja ha impulsado en el centro comercial Gorbeia una campaña para recoger material escolar y facilitárselo a las familias con dificultades económicas. Desde el viernes, los clientes han ido donando objetos con el fin de que cuando arranquen las clases todos los niños lo hagan en igualdad de condiciones. "El material escolar es difícil de reciclar de un año para otro. Cuando un lápiz de gasta hay que comprar otro y con esta iniciativa ayudamos a la gente que tiene más dificultades económicas", explicaba ayer Patxi Soto, director del hipermercado Carrefour de Etxabarri-Ibiña, que colabora en la campaña que se está llevando a cabo en todo el Estado bajo el título Vuelta al cole solidaria. La conocida cadena, de hecho, se ha comprometido a igualar la cantidad entregada por los clientes, doblando de este modo la suma de dinero que Cruz Roja repartirá entre las familias.

En la pasada edición, en la que participaron 146 centros educativos de todo el Estado, lograron repartir material escolar por valor de 220.878 euros, según explicaron. En Euskadi y en Navarra fueron 600 los niños en riesgo de exclusión social que pudieron estrenar al igual que sus compañeros de clase una carpeta nueva. Las expectativas de los promotores de esta campaña solidaria, de hecho, son buenas y esperan poder superar estas cifras. "La respuesta de los clientes ha sido francamente buena, estamos sorprendidos la verdad", señaló ayer Soto.

Iniciativas de este tipo son bienvenidas, y más en plena crisis. La cuesta de septiembre se hace cada vez más dura y cualquier ayuda es acogida con los brazos abiertos. En este sentido, está por ver si la Diputación alavesa mantiene las subvenciones para los libros de texto.