vitoria. El Departamento vasco de Interior destinará un total de 150 agentes de la Unidad de Acompañamiento de la Policía autonómica, que hasta la fecha cumplían servicio de escolta, a desarrollar labores de contravigilancia tanto de amenazados por ETA como de víctimas de violencia de género.

En rueda de prensa en Bilbao, el consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, explicó ayer que el objetivo es que los agentes que escoltaban hasta la fecha a políticos o cargos públicos debido a la amenaza de ETA, "presten servicio con la máxima eficiencia a la personas que necesitan protección", tanto por la amenaza terrorista como por la "violencia machista".

Según sus datos, a 31 de diciembre de 2010, un total de 19 mujeres habían aceptado el servicio de escolta ofrecido tras una evaluación del Departamento que estimaba la existencia de una situación especial de riesgo, cifra que, en la actualidad, se eleva a 52. A este servicio, se añaden otros de "contravigilancia y protección".

Este cambio se deriva de la rebaja de los servicios de escolta a amenazados a partir de hoy, 1 de septiembre, por lo que desde este día, los ediles del PSE y el PP elegidos el 22 de mayo tendrán sólo un escolta, en vez de los dos que hasta ahora llevaban los concejales amenazados por ETA, además de suprimir los guardaespaldas de los que dejaron de ser concejales. Si bien, esta medida se aplicará en general pero con excepciones, por lo que habrá ediles en situaciones especiales que seguirán teniendo dos personas de protección.

De hecho, según aseguró Ares, los servicios de protección a personas se van a seguir adecuando en función de los análisis de riesgo, de los informes que nos hagan los técnicos de la Ertzaintza. "Mientras se considere que es necesario, las personas que tenían protección por parte de estos agentes de la Ertzaintza, cuando se requiera, serán cubiertos por otros servicios", precisó el consejero.

La intención del Departamento que dirige el socialista es "reforzar y unificar las contravigilancias" a amenazados por ETA y "a la vez", usar esos agentes para que hagan contravigilancia a personas que sufren violencia de género.

"Se trata de reorganizar todos los servicios de seguridad para que los operativos de la Ertzaintza, sean berrozis o bien agentes de acompañamiento a empresas de seguridad privada, para que presten servicio con la máxima eficiencia a quienes necesitan protección", afirmó.

Ares se muestra "muy preocupado" por la persistencia de la violencia de género, "una lacra de violencia machista que es necesario combatir". En este sentido, advirtió de que el Ejecutivo está "dispuesto a combatir" este fenómeno tanto con medidas de protección como de "educación y sensibilización".