Pelear con la persona que intenta robar de forma descarada el taxi a otra mediante el método del empujón de última hora al abrir su puerta es una escena típica de las películas de Nueva York que podría escenificarse perfectamente en las calles gasteiztarras por la escasez de estos vehículos. Aunque parezca una idea fantasiosa, la ocurrencia no ha salido de la imaginación de los guionistas de Hollywood ávidos de historias nuevas, sino de los turistas que han participado en el estudio anual de una cadena de hoteles internacionales que aseguran que la capital alavesa es la ciudad de todo el Estado con menor disponibilidad de ellos.
Vitoria se situaría así a la cola de las urbes que peores recuerdos dejan a los visitantes a la hora de contratar este servicio público, en contraste con Madrid, que ocupa el primer puesto al obtener cuatro de los siete parámetros que medía el informe de Hoteles.com. Un triunfo que ha conseguido alzar gracias a la seguridad, para un 31% de los encuestados, el conocimiento de la zona o profesionalidad de los chóferes, según el parecer de un 24% de los participantes, y, sobre todo, por su flota de vehículos libres, como así lo cree un 40%. Pero para medallas de oro, las que obtiene la capital inglesa, puesto que los míticos taxis negros londineses, por tercer año, vuelven a ser los más estimados por su seguridad.
Aunque esta forma de viajar es cara, otros dato curioso es que esta opción es la favorita para desplazarse del aeropuerto o desde la estación al hotel, como así la eligen un 52%, seguido por el 20% que para esas situaciones se decanta por el tren. De todas las cualidades, la que más se valora es la simpatía del taxista. A los españoles les encanta pasar un rato entretenido cuando van en uno y para ello es imprescindible que el conductor sea agradable o muestre confianza y alegría. Por el contrario, para la mitad de los encuestados, lo más detestable es que el coche huela mal. Respecto a la propina, los españoles suelen redondear al alza la cifra que marca el taxímetro. Además, afirman comportarse igual respecto a este tema tanto en casa como en el extranjero. Finalmente, entre los objetos que se han encontrado en taxis españoles se puede destacar desde un palo de golf hasta un zapato, pasando por un preservativo o el gran clásico: perder allí el móvil.
una "anécdota" Como era de esperar, la Asociación Alavesa del Taxi no comparte para nada ni los resultados de este análisis ni los otros parecidos que elaboran las agrupaciones de consumidores. El colectivo dice que las conclusiones hay que tomárselas como una "anécdota más que otra cosa" puesto que se basan en una serie de criterios que no son reales. "Jamás aciertan con el estudio de la ciudad porque un taxi es un servicio que es móvil y no se puede comparar su funcionamiento, como en el caso de los autobuses que tienen un trayecto marcado", asegura el presidente de la asociación de taxistas alaveses, José Antonio García, quien además no se cree que Vitoria sea una de las zonas donde más difícil sea montarse en uno de estos vehículos por todo lo que ha golpeado la crisis a sus profesionales. "Las circunstancias económicas han hecho que estemos muchísimo más parados". Lo que hace que haya horas en las que no se suba ni un cliente y otras que acudan de golpe todos los que no se habían montado antes. Algo que García ilustra con los tres autocares de veraneantes procedentes del mediterráneo, entre ellos, Salou y Benidorm, que llegaron a la estación de Los Herrán en plena madrugada de este martes. "Yo pondría a la persona que hace esos estudios 24 horas en paradas, como la de Catedral Nueva o Desamparadas, para que vea que en ninguna de ellas hay menos de tres o cuatro coches". En su opinión, las únicas investigaciones fiables al respecto son las que elabora la Administración. "Son las que tienen cierto valor porque se las encarga a una empresa especializada que aborda durante dos meses las carencias y lo que sobra del servicio y no como los que se montan una vez en el taxi", agrega este hombre, quien también censura el listado del Ayuntamiento de Málaga sobre las tarifas estatales de los taxis. También lo considera incorrecto, puesto que, localidades, como Vitoria, que tienen servicio mínimo, al final, las computan como bajada de bandera por lo que se encarece la cifra que marca el taxímetro, cuando, en realidad, "si alguien hace un recorrido de 5 kilómetros, le tienes que quitar 1.500 metros", aclara el presidente de los taxistas alaveses.