donostia/vitoria. Cerca de un centenar de profesionales de la psicología, la enfermería y la asistencia social analizan desde ayer en Donostia "el alto precio" personal que "pagan" los cuidadores "informales", en su mayoría mujeres, de los cerca de 50.000 dependientes vascos que permanecen en sus hogares. La gerente de la Fundación Bizitzen, Virginia Lizarraga, presentó el curso Cuidarte: toda una experiencia, que durante tres días se desarrolla en el Palacio Miramar, dentro de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU).

Lizarraga afirmó que, aunque existen en la actualidad diferentes centros y recursos para atender a las personas mayores con enfermedades crónicas o discapacidades de distinto tipo, "la familia continúa siendo el principal sostén" de dicha atención. De hecho, en torno al 60% de las casi 80.000 personas que tienen reconocimiento de dependencia en Euskadi permanece en sus hogares, "existiendo una fuerza invisible que se ocupa de ellas", subrayó la responsable de esta fundación vasca dedicada a mejorar la calidad de vida de las personas mayores y de su entorno.

"Suelen ser hijas o esposas" que llevan a cabo "una tarea intensiva", que suele prolongarse muchos años y que comenzó de forma no planificada, indicó Lizarraga, quien afirmó que esta situación "incide negativamente" en su propia vida, "a nivel económico, laboral, social, de ocio y de salud".

De ahí la necesidad de que se "visibilice" a estas cuidadoras familiares o informales y los problemas y patologías que padecen, como estrés, ansiedad, dolores de cabeza y espalda o insomnio, entre otras dolencias agrupadas bajo la denominación "síndrome del cuidador". En el curso intervendrá el cineasta Oskar Tejedor y se proyectará su documental Cuidadores, al tiempo que distintas asociaciones y entidades informarán de las distintas ayudas, servicios y programas de atención psicosocial existentes en la CAV.

Cabe recordar que el 19% de los vascos con derecho a alguna de las prestaciones contempladas en la Ley de Dependencia se encuentra a la espera de acceder a los servicios o ayudas económicas recogidas en la normativa. El Ararteko, Íñigo Lamarca, indicó recientemente que el 43,74% de las personas en situación de dependencia se sitúa en el grupo de gran dependencia, mientras que el 31,22% aparece catalogado como dependiente severo. Aparte, un 25,04% está registrado como dependiente moderado. Respecto al tipo de prestaciones contempladas en la normativa, el 41,9% de los beneficiarios de la Comunidad Autónoma Vasca disfruta de ayudas económicas para los cuidados de alguno de sus familiares. Por detrás se sitúa la atención residencial a la que acceden el 20,7% de los usuarios, el SAD (11,8%), centro de día (11,1%) y teleasistencia (9,6%).

Además, del conjunto de personas con derecho a prestación, a fecha de cierre del informe, el 19% se encontraba a la espera de atención, es decir, no había accedido aún a las prestaciones económicas o asistenciales a las que tiene derecho. En cuanto a los perfiles tipo de los usuarios a los que tiene que servir la Ley de Dependencia cabe destacar que el 80% de los reconocimientos de la situación de dependencia corresponde a personas mayores de 65 años. Quienes superan los 80 años suponen entre el 50% y el 60% del total. Además, el 64% del conjunto de personas reconocidas oficialmente en situación de dependencia es mujer. Lamarca reconoció que la sostenibilidad del sistema público de atención sociosanitaria genera "preocupación", especialmente en el actual contexto de crisis. Subrayó la necesidad de "profundizar" en el debate, con el fin de "alcanzar un acuerdo en el que primen los valores de solidaridad y respeto por los derechos ciudadanos" de los dependientes.

Petición del Ararteko En ese sentido, el Defensor del Pueblo vasco explica en un Informe Extraordinario acerca de la Ley de Dependencia que ésta se aplica "razonablemente", más aún si se tiene en cuenta que Euskadi figura como la quinta comunidad autónoma en el Estado con más celeridad a la hora de resolver los expedientes. "Pero el sistema es mejorable", advirtió. Por esta razón reclamó que este tiempo de espera para acceder a las ayudas y servicios se reduzca aún más. Según Lamarca, los organismos competentes se quedaron cortos a la hora de prever el número de solicitudes que se recibiría y que superaron en un 41% las expectativas realizadas. Así las cosas, mientras que en Álava en 2007 se tardaba una media de algo más de cinco meses en resolver la valoración y la elaboración del Plan Individual de Atención, el año pasado este proceso se había reducido a menos de la mitad.