vitoria. ¡Buenos días alegres excursionistas! Así repetía su saludo matinal el locutor de una radio en una famosa película que revivía el mismo día una y otra vez. Y así ha sido también este año en el caso de los campings alaveses. Estos recintos alternativos a la hotelería más habitual no se han resentido por la crisis y han podido repetir esta frase al ver cómo muchos de esos turistas que han hecho aumentar las cifras de visitantes en el territorio se alojaban en sus hospedajes.

Por ello, sus dueños se muestran contentos con una campaña que disfruta de su punto álgido en los meses estivales. Las 1.185 plazas de que dispone la provincia entre los recintos de Ibaia (265), Angosto (350) y Nuvilla (570) han tenido múltiples residentes. Y es que esta opción se consolida en unos tiempos en los que se mira más que nunca la economía.

"Vitoria está teniendo cada vez más tirón como capital. Además, las fiestas tienen gran interés y el Azkena Rock y el jazz también atraen a mucha gente", comentan desde la dirección del camping de Ibaia. De hecho, éstos han sido los días en los que más clientes ha habido llegando a alcanzar un 80% de ocupación en agosto. Aunque la crisis también se nota. "Hay más rotación y el restaurante está bajito, sólo la tienda ha tirado un poco por el pan y la bollería. Hay austeridad en el gasto", añaden.

Algo similar ha sucedido en el camping de Angosto, que cuenta con 350 plazas entre las parcelas y los bungalows. Allí, las rotaciones han sido más frecuentes aunque se ha mantenido el nivel de ocupación del año anterior. En julio recibieron a 415 clientes y a falta de una semana para que se cerrara este mes ya se habían alojado allí 362 campistas. "Hemos estado al 95% en agosto y en julio se ha notado que el tiempo ha hecho que se acortaran las visitas, pero ha ido bien", explica desde el lugar. Y como en casi todos los recintos de este tipo, los más aficionados a esta vida más campestre son los catalanes y madrileños, seguidos de británicos, holandeses y franceses. "Aunque este año hemos tenido también algún japonés y varios neozelandeses que venían por la zona de escalada de Valparaíso", afirman.

a última hora Desde el Roble Verde, Eduardo Fernández se muestra satisfecho con los resultados del segundo año de vida del camping de Nuvilla, el preferido para aquellos que quieren establecer un punto base para visitar las capitales vascas y Logroño. No es de extrañar ya que, a pesar de contar con casi 600 plazas, en agosto han llenado el 75% de las parcelas y bungalows. Al igual que sus compañeros afirma que el verano se ha dado bien pero que las rotaciones han sido mayores y el número de campistas también. "Además ha habido muchas reservas de última hora, casi el 80% se hacen la misma semana", apunta Eduardo. Eso sí, también se ve que los gustos van cambiando a medida que pasan los años. Las comodidades en el campo ahora también son posibles y si antes las parcelas se llenaban de tiendas de campaña más o menos grandes, ahora es el turno de caravanas, autocaravanas y bungalows para los que se quieren sentir casi como en casa. "El fin de semana suele estar lleno menos las parcelas de tiendas de campaña, que están en peligro de extinción", afirma.

Y es que un buen camping, como los alaveses, ofrece múltiples posibilidades para poder disfrutar más de la naturaleza, sin horarios, sin peligros, casi como si uno estuviera en su casa y, sobre todo, de una manera más económica.