vitoria. Más de una cuarta parte de las personas que prueban la ketamina en alguna ocasión se vuelve adicta a esta sustancia, cuyo consumo dentro de la CAV se mantuvo en 2010 prácticamente en los mismos niveles que en los dos años anteriores. Así queda recogido en el estudio Euskadi y Drogas 2010 del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco, en el que se señala que el 22,8% de las personas que comienza a consumir alucinógenos como la ketamina, sustancia que siempre ha tenido una notable presencia dentro del territorio alavés, tienen entre 35 y 44 años y el 18,8% entre 15 y 24 años. De acuerdo con este estudio, el 28,6% de quienes probaron o consumieron ketamina con mayor o menor intensidad a lo largo del pasado lo han seguido haciendo durante el último año, mientras que siete de cada diez consumidores experimentales de esta sustancia han dejado de tomarla.
anestésico La ketamina es un anestésico que, desde que se descubrió en los años 60, se ha utilizado como tal en humanos, aunque hoy en día se usa sobre todo en animales, según explica el responsable del Servicio de Toxicomanía de Osakidetza, Victor Puente. El efecto más característico de esta droga, según este experto, es la disociación entre mente, cuerpo y entorno que sufre la persona que la consume. Además, la rapidez con la que el cuerpo aprende a tolerar esta droga es otra de las consecuencias más peligrosas de la ketamina ya que, según el toxicólogo, eso es lo que crea en los consumidores una fuerte adicción psicológica, lo que les incita a aumentar la dosis y la frecuencia de consumo para conseguir los mismos efectos que lograban al principio.
La ketamina también puede producir mareos, entumecimiento de músculos, alucinaciones, estados alterados de conciencia y vómitos. Puente ha explicado que en el Servicio de Toxicomanía de Osakidetza se ha notado un aumento de los pacientes con problemas por ingerir habituamente ketamina, pese a que el consumo de esta droga entre los vascos "no es elevado".
Por su parte, Aratz Porras, director de Hazgarri, un centro de ayuda para jóvenes con problemas de drogadicción y sus familias que se ubica en Vitoria, ha señalado que a la ketamina, también conocida como keta o mareo, se le da dos usos, uno recreativo y otro psicodélico. El primero se liga en muchos casos a la música techno y a las fiestas llamadas raves, que se celebran en lugares abandonados y a las que acuden multitud de jóvenes.
Porras asegura que la ketamina está ocupando "un cierto espacio" que antes tenía el éxtasis entre los jóvenes y explica que la gente que la consume en estas fiestas suele tomar también otras drogas como alcohol o cannabis. La ketamina también se consume de una "manera más psicodélica" entre quienes quieren "experimentar otras sensaciones y descubrir otras facetas suyas", aclara el director de Hazgarri. En Internet proliferan las instrucciones para su elaboración, que consiste en calentar el líquido de ketamina hasta que se convierte en polvo.
La ketamina se puede adquirir en el mercado "y está al acceso de muchas personas", afirma Puentes. Esta sustancia no se puede descubrir en los controles de drogas de tráfico ya que éstos sólo detectan las sustancias más comunes como pueden ser el cannabis, la cocaína o las anfetaminas, según han confirmado fuentes policiales. No obstante, sí aparece en los análisis de sangre que se pueden realizar posteriormente a los controles de tráfico si los agentes lo creen necesario.