sevilla. La consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero, destacó ayer "la normalidad" con la que se aplica la denominada Ley de Muerte Digna, pionera en España, y señaló que el hospital Blanca Paloma, de Huelva, ha colaborado en el caso de Ramona Estévez, a quien se le ha retirado la sonda nasogástrica.
Montero explicó que su departamento no ha tenido que dar ninguna "orden" a este centro concertado para que atendiera la petición de la familia de Estévez, sino que ha bastado una "aclaración" sobre la aplicación de la ley. Precisó que la petición de los hijos de esta paciente, en coma irreversible tras un derrame cerebral, supone "un rechazo al tratamiento", supuesto "perfectamente contemplado" en la ley andaluza.
Ramona Estévez, a quien se le ha desconectado la sonda nasogástrica, sufrió un derrame cerebral el 26 de julio y fue derivada del hospital público Juan Ramón Jiménez al centro privado Blanca Paloma, donde la familia se negó a que fuese sondada.
El 4 de agosto, el médico que atendía a Estévez dio a la familia un ultimátum: "O le ponía la sonda o le quitaba el suero y nos la llevábamos a casa bajo nuestra responsabilidad, advirtiéndonos de que no alimentarla estaba castigado por el Código Penal, y cedimos ante el chantaje". Entonces se dirigió al director del centro para interponer una queja, lo que motivó la consulta de éste con la Consejería de Salud y la posterior retirada de la sonda.
José Ramón Páez, hijo de Estévez, aseguró ayer sentirse "contento" por la aplicación de una norma que "se debe respetar". Páez explicó que su madre había expresado que ante una situación así "no quería que se la sondara". Sobre el estado de salud de su madre, indicó que permanece con cuidados paliativos y están "esperando a que poco a poco su cuerpo vaya consumiendo sus propias energías hasta que descanse definitivamente".