Vitoria. La violencia no entiende de límites. Parece un virus que encuentra en la sociedad a los sujetos adecuados a los que contagiar para poder seguir con vida. Y lo peor es que no existe antídoto capaz de poner coto a la epidemia. Por desgracia, ésta se ha manifestado con fuerza a lo largo de los últimos días. De hecho, no hace falta más que hacer un repaso a los casos atendidos por los diferentes cuerpos de seguridad que operan en la capital alavesa para comprobar la virulencia de la enfermedad. Ésta se reprodujo con fuerza en un varón de 25 años al que los agentes de la Policía Municipal tuvieron que detener tras comprobar los destrozos que provocó en la cabeza de su contrincante en una algarada. Cuando la pelea terminó, la víctima del arrestado, que acabó en estado grave, había perdido una de sus orejas, arrancada de cuajo por el agresor de un certero mordisco.
El parte de la intervención de la Guardia Urbana es conciso, aunque contundente. Explica en pocas palabras la detención de un joven a las 16.00 horas del lunes. Al parecer, era uno de los dos que estaban implicados en una pelea en el barrio de Aranbizkarra de la capital alavesa.
Cuando llegaron loas agentes al lugar de los hechos, encontraron a uno de los involucrados empapado en sangre y con lesiones, en principio, graves. Le faltaba parte de una oreja, que había sido arrancada de un mordisco. También presentaba golpes en la cara y en la nariz. Dadas las circunstancias, los policías decidieron solicitar la presencia de una dotación sanitaria, que fue la que decidió el traslado de la víctima a un hospital. Allí recibió atención médica. Según los testigos de la pelea, la víctima recibió patadas, puñetazos y mordiscos por parte del agresor, que fue localizado poco más tarde en las cercanías y que aún presentaba signos de haber participado en los hechos.
Tumbada en la calle Aparte de este suceso, los agentes de la Guardia Urbana tuvieron que enfrentarse el pasado lunes a un caso peculiar. Según indicaron fuentes del Consistorio gasteiztarra en un comunicado, sobre las 13.40 horas, la Guardia Urbana procedió a la detención de una mujer, de 37 años, que se encontraba tumbada en mitad de la calzada interrumpiendo la circulación de vehículos en las inmediaciones de Lovaina. Al parecer, la fémina se negó a hacer caso a los requerimientos de los policías y siguió con su actitud desafiante, que ponía en riesgo su vida y la circulación de vehículos. Ante la reiterada negativa a obedecer y dado su estado de gran nerviosismo -braceaba e insistía en su propósito, con patadas a los agentes-, fue detenida.
Por último, agentes de la Ertzaintza detuvieron en la tarde del lunes en Vitoria a dos hombres de 36 y 44 por robar en un supermercado. Uno de los implicados agredió a dos empleadas que trataron de evitar la sustracción. Los hechos tuvieron sobre las 19.00 horas. El personal del local advirtió que uno de los ahora detenidos se marchaba sin pagar una compra de 50 euros. Dos de las empleadas trataron de retenerle y fueron agredidas sin llegar a sufrir lesiones de importancia. Una patrulla de la Ertzaintza acudió al establecimiento y detuvo en las inmediaciones a ese implicado acusado de robo con violencia. Además, fue detenido otro varón al que se le acusa de ser cómplice en el robo. Los dos, que cuentan con antecedentes, ofrecieron resistencia al arresto.