madrid. Casi 24 horas después de que el Papa regresase al Vaticano, Madrid se preparó ayer para el encuentro que reunió, por la tarde, a casi 150.000 jóvenes peregrinos con el líder espiritual de uno de los grupos ultracatólicos más numerosos (300.000 fieles) en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Camino Neocatecumenal.
Muchos de estos kikos -como son conocidos los seguidores de esta comunidad ultraconservadora, en referencia a su fundador, Kiko Argüello- se concentraron en los alrededores del Palacio Real y los Jardines de Sabatini, y aprovecharon la mañana para visitar la Catedral de la Almudena. Procedentes de Italia, Polonia, Francia, Alemania o Rumanía, los fieles expresaron su entusiasmo mediante cánticos y bailes al paso de los estandartes de las distintas delegaciones de esta secta, creada en Madrid en los años 60.
Esta iniciativa de los kikos lleva celebrándose desde el año 1989, tras la 4ª JMJ en Santiago de Compostela, ya que, como dijo uno de los participantes, David Cirbián, de 19 años, "nuestro movimiento siempre va a la vez que la Iglesia, porque a ella servimos".
El acto de este grupo ultracatólico siguió la estela de la JMJ, aunque fue independiente de la misma. La búsqueda y fomento de las vocaciones entre los jóvenes católicos fue el principal objetivo de la jornada, para recoger los frutos de la visita del Papa, a la que asistieron siete cardenales y unos 60 obispos.
La celebración religiosa comenzó a las 17.00 horas, presidida por el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela y con una extensa mención de Kiko Argüello a todos los países presentes. Además, los jóvenes asistentes fueron invitados por el fundador de este movimiento "a ofrecer su vida a la Nueva Evengelización".
"Ya son 800 familias, la mayoría muy numerosas, las que han dejado todo para vivir ayudando a iglesias de países conflictivos, como Israel, China, Japón o la India", aseguró Argüello durante el encuentro vocacional.
El Ayuntamiento de Madrid especificó que la organización ultracatólica contaba con todas las autorizaciones pertinentes para su celebración. Esta también provocó cortes de tráfico en los ejes Prado- Recoletos y Alcalá-Gran Vía, además del cierre de la estación de Metro de Banco de España.
El desmontaje del escenario de Cibeles y de las infraestructuras que todavía quedaban instaladas comenzaron al finalizar el acto de los kikos.