Un juez estadounidense debe anunciar el lunes si confirma o anula la pena de muerte impuesta a Pablo Ibar, condenado a muerte por un triple asesinato cometido en 1994 en Florida.
Está previsto que el juez Jeffrey R. Levenson se pronuncie mañana en un tribunal de Fort Lauderdale (al norte de Miami) sobre un recurso presentado por el abogado de Ibar, Benjamin Waxman, alegando que su cliente "no tuvo un juicio justo", aunque la agenda podría modificarse a última hora.
La condena a muerte fue impuesta en 2000, tras un juicio declarado nulo en 1998, y desde entonces Ibar está en el corredor de la muerte del penal de Raiford, en Starke (norte de Florida), condenado por un triple asesinato en una residencia de la localidad de Miramar que fue grabado por una cámara de seguridad.
El abogado ha defendido siempre que las pruebas presentadas en revisiones posteriores han sido lo suficientemente contundentes como para que se hubiera anulado la condena de Ibar, que tiene la doble nacionalidad.
El condenado ha mantenido categóricamente su inocencia desde el día en que fue identificado como sospechoso, sin que ninguna prueba física le conecte con el asesinato de Casimir Sucharsky, dueño de un club nocturno, y dos mujeres, Sharon Anderson y Marie Rodgers.
"Tenemos argumentos muy fuertes" para persuadir al magistrado de que "anule la condena y sentencia de muerte de Ibar", dijo a Efe Waxman cuando el pasado mayo presentó el recurso para solicitar la anulación de la condena y la celebración de un nuevo juicio.
El abogado, quien dijo sentirse "muy optimista", se mostró convencido de que el magistrado "revisará con mucha atención" las transcripciones y el documento de 65 páginas que presentó.
"Creo que (Levenson) tiene gran interés en hacer lo correcto en este caso" y "confío en que así lo haga" al emitir el fallo, dijo.
Si el fallo es favorable a los argumentos de la defensa de Ibar, es probable que el Estado apele ante una instancia superior como el Tribunal Supremo de Florida o de Estados Unidos, agregó.
Uno de los principales ejes argumentales de la defensa es la declaración de un experto que en 2009 afirmó que las imágenes del vídeo que captó el asesinato eran "granuladas y borrosas" y la calidad de la grabación pobre, por lo que no era posible concluir que el asesino e Ibar fueran la misma persona.
Waxman siempre ha defendido que "hay una posibilidad razonable de que si se hubiera presentado el testimonio de un experto facial, el jurado podría haber tenido dudas razonables sobre la culpabilidad de Ibar".
Otra línea argumental de la defensa es el reconocimiento expreso que hizo en una audiencia de 2009 Kayo Morgan, el primer abogado de oficio de Ibar, de que la defensa que realizó fue muy deficiente y que cometió graves errores en su ejercicio.
La única explicación que ofreció Morgan por la negligencia que demostró al no contratar los servicios de un antropólogo forense fue que "no le prestaba atención" a este punto, según afirma Waxman en su recurso.
Además, las huellas dactilares recogidas en el lugar del crimen no coinciden con las de Ibar, como tampoco las muestras de pelo, ni las de ADN que han sido examinadas.