Según las mismas fuentes, el menor, que estaba siendo investigado por la Ertzaintza en relación a este caso que conmocionó a los municipios de Urola Kosta y a la sociedad guipuzcoana, se personó ante la Fiscalía de Menores acompañado de su padre.
De confirmarse la autoría del homicidio, se cerraría un caso en el que la Ertzaintza ha estado trabajando durante más de cinco meses siguiendo diferentes pistas que han ido surgiendo a lo largo de todo este tiempo.
los hechos El inicio de los hechos se remonta al pasado 16 de marzo, cuando Amaia Azkue, casada y con dos hijas, se tomó un café -como hacía habitualmente- por la mañana con unas amigas en la cafetería Errota de Zarautz. Sobre las doce del mediodía, la zarauztarra se despidió de ellas y a continuación se fue a realizar unas compras a una frutería y una zapatería próximas a la mencionada cafetería.
Tras realizar las compras en el municipio, Amaia Azkue se dirigió al Eroski de la localidad y sobre las 13.00 horas de aquel fatídico 16 de marzo fue la última vez en la que se le vio con vida. A partir de este momento, se le pierde por completo la pista, si bien una cámara de seguridad de la autopista -en la salida de Zarautz- graba a a las 13.22 horas a un varón a bordo del Megane gris familiar en el que se había desplazado Amaia. En este punto, la víctima ya había sido abordada por su agresor.
La siguiente pista que se tiene de la zarauztarra llega de forma macabra a las 17.20 horas de la tarde en el embalse azpeitiarra de Ibai-Eder. Es a esa hora cuando se descubre el cuerpo de Amaia flotando en las aguas del pantano, con fuertes traumatismos en la cabeza y la cara y rotura del cráneo. El cuerpo de la joven está atado de pies y manos mientras que en las inmediaciones se descubren varias vestimentas y una pistola de balines. La violencia con la que el asesino se había ensañado con su víctima sorprende a los agentes de la Ertzaintza que se hacen cargo del caso y provoca estupor entre los familiares y allegados de la madre de familia.
A partir de ese momento, las cuatro horas que transcurren desde que se le vio con vida en el supermercado de Zarautz y la aparición del cadáver se convierten en el objetivo de los profesionales que llevan a cabo la investigación.
La siguiente pista que se siguió fue la de los 300 euros que el presunto asesino extrajo utilizando una tarjeta bancaria de Amaia en la sucursal de la BBVA de Azpeitia el mismo día del crimen.
A partir de ese momento, todas las pesquisas se centraron en encontrar el vehículo de la zarauztarra, el Megane gris familiar que fue grabado por la cámara de la autopista siendo conducido por un varón, y que finalmente fue encontrado el viernes en un parking próximo al Santuario de Loiola.
Fue precisamente ese viernes día 18, dos días después del crimen, cuando el presunto asesinó protagonizó un intento frustrado de volver a sacar dinero con la tarjeta bancaria de la asesinada. En esta ocasión, lo intentó, aunque sin éxito, en la sucursal de Kutxa de la calle mayor de Zarautz. La Ertzaintza, en la tarde de ese viernes montó un amplio operativo en el entorno de esa sucursal para tratar de dar caza al asesino, sin conseguirlo. A partir de ahí, la Policía vasca ha seguido numerosas líneas de investigación hasta que ayer, a las 18.30 horas de la tarde, se entregaba un menor de 17 años que confesó el brutal crimen.