Madrid. El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, pidió ayer al casi medio millón de jóvenes asistentes a la misa inaugural de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que asuman el reto de la nueva evangelización de sus jóvenes coetáneos, de los que advirtió que tienen "raíces existenciales debilitadas".

Así, recordó que a los jóvenes de hoy, "con raíces existenciales debilitadas por un rampante relativismo espiritual y moral", y sin hallar "sólidos fundamentos para sus vidas en la cultura y sociedad actuales, incluso en la propia familia", se les "tienta poderosamente" hasta los límites de hacer perder la orientación en el camino de la vida.

La misa de acogida estuvo dedicada al beato Juan Pablo II, creador de las JMJ y concelebrada por cerca de 800 obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo y 8.000 sacerdotes.

En su homilía, Rouco Varela diferenció la generación que acude a la JMJ 2001, la "de Benedicto XVI", de la de Juan Pablo II, y destacó que la primera está ahora condicionada "para bien y, en muchas ocasiones, para mal por globalización, las nuevas tecnologías de la comunicación, la crisis económica".

"¿Cómo no va a vacilar a veces vuestra fe? La juventud del siglo XXI necesita, tanto o más que las generaciones precedentes, encontrar al Señor por la única vía que se ha demostrado espiritualmente eficaz: el peregrino humilde y sencillo que busca su rostro", dijo en Cibeles ante cientos de jóvenes.

También subrayó que la intención del Papa va justamente en esa dirección: "que experimentéis en la Comunión Católica de la Iglesia la verdad y la urgencia de hacer vida vuestra el lema de la JMJ 2011, "Arraigados en Cristo, firmes en la fe".

"Tened presente estos días que el Señor, por medio del Papa, os va a preguntar: ¿Aceptáis el formidable y hermosos reto de la nueva evangelización de vuestros coetáneos?. Respondedle que sí con toda la capacidad e ilusión y apertura generosa a los grandes ideales de la vida que os es tan propia", exhortó para insistir en que respondan a la llamada de Benedicto XXI con un "claro y coherente compromiso de vida".

El Servicio de Emergencias realizó 120 asistencias por lipotímias, mareos y bajadas de tensión debido al exceso de calor durante la misa.

Por otro lado, la Policía detuvo ayer a una persona que pretendía atentar contra contra quienes se manifiestan para oponerse al coste público de la visita del Papa.