GINEBRA. El informe, elaborado conjuntamente por la ONU y por la estadounidense Kaiser Family Foundation, constata que los países donantes desembolsaron el año pasado 6.900 millones de dólares (4.792 millones de euros) para prevenir y tratar la enfermedad, 740 millones de dólares (514 millones de euros) menos que en 2009.

El descenso fue atribuido a "una combinación de tres factores principales: la reducción de la ayuda al desarrollo, la fluctuación de las divisas y la ralentización de la tasa de los desembolsos realizados por Estados Unidos, el mayor donante (con el 54 %)".

De los 15 países estudiados en el documento, siete -Alemania, Australia, Estados Unidos, España, Holanda, Noruega y Suecia- registraron reducciones interanuales de sus contribuciones y usaron como divisa de referencia el dólar estadounidense.

"El sida es una inversión inteligente, incluso en el entorno económico actual. Tenemos que mirar más allá de los costes a corto plazo y ser conscientes de los beneficios a largo plazo", declaró en un comunicado Michael Sidibé, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el VIH/SIDA (UNAIDS).

La ONU considera que para alcanzar las metas fijadas para el año 2015 en materia de lucha contra el sida será necesaria una inversión adicional de 22.000 millones de dólares (15.279 millones de euros).

Lograr este nivel, se afirma en el informe, podría evitar 12 millones de nuevos contagios del VIH y más de 7 millones de muertes.

Según las últimas estimaciones de UNAIDS, a finales de 2010 había en el mundo entre 30,9 y 36,9 millones de personas con el VIH, un virus que desde su detección hace tres décadas ha causado la muerte de entre 25 y 33 millones de personas.