BERLÍN. Tan sólo se han registrado algunos retrasos mínimos en Fráncfort, el mayor aeropuerto de la Europa continental, mientras que en los aeródromos de Hamburgo, Hannover, Bremen y Colonia-Bonn no se tiene constancia de ninguna alteración de los horarios previstos.

Fraport, la empresa gestora del aeropuerto internacional de Fráncfort, aseguró esta mañana que en sus instalaciones todo era "casi normal", a excepción de alguno de los entre 30 y 40 vuelos que algunas aerolíneas habían adelantado o retrasado para eludir el paro.

La huelga de los controladores, anunciada para esta mañana, entre las 04.00 y las 10.00 GMT, quedó desconvocada esta madrugada tras recurrir DFS a la formación de una comisión de arbitraje con el sindicato del sector (GdF).

Esta decisión se produjo inmediatamente después de un dictamen de la justicia laboral, en segunda instancia, que autorizaba la huelga de los controladores aéreos, lo que hubiese cerrado "de facto" el espacio aéreo alemán durante seis horas y afectado a 3.000 vuelos y a unos 400.000 pasajeros.

De haberse concretado, ésta hubiese sido la primera huelga nacional de controladores aéreos en Alemania, contra la que tanto el gobierno de Angela Merkel, como la DFS y el conjunto del sector se han movilizado, por vía judicial y política.

La Magistratura de Trabajo de Fráncfort, que la semana pasada prohibió una huelga similar, dictaminó ayer en primera instancia a favor del paro y en contra del DFS.

El DFS recurrió el fallo, a lo que siguió horas después la decisión de la Magistratura de Trabajo del estado federado de Hessen, que ratificó la legitimidad de la huelga.

A ello siguió la inmediata llamada a la formación de una comisión de arbitraje, lo que según la legislación germana implica la desconvocatoria de la huelga.

El Gdf convocó en la madrugada del domingo al lunes el paro, coincidiendo con el plazo de 24 horas de antelación prescrito por la ley alemana, a lo que siguió las demandas judiciales de la DFS.

Seguridad Aérea invitó el pasado viernes al sindicato a volver a la mesa de negociaciones, propuesta que los controladores rechazaron por no llevar implícita ninguna oferta sustancialmente nueva.

El GdF agrupa a 2.500 de los 5.000 profesionales del sector y sus sucesivas convocatorias de paro están respaldadas por una votación interna entre sus afiliados, que rechazaron con más de un 95 por ciento la última propuesta de la patronal.

El sindicato mantiene su exigencia de un incremento salarial del 6,5 %, así como una mejora de las condiciones laborales, horarios de servicio y límites de las horas extras.

Según datos del DFS, el sueldo bruto anual de un controlador oscila entre los 72.000 y los 130.000 euros, sin complementos por trabajar en festivo o en horario nocturno y dependiendo de si operan en un aeropuerto nacional o internacional.

Su jornada laboral oscila entre las 32,8 y las 38,5 horas semanales, hasta un cómputo anual de 1.600 horas trabajadas.