vitoria. Aunque la pegatina de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un galón que los coches más rodados cuelgan orgullosos en su pecho, el distintivo en la mayoría de los ciclomotores vascos brilla por su ausencia. De hecho, sólo un 35% de los 47.000 registrados lo tiene colocado pese a su obligatoriedad.

Cumplir con su exigencia legal es una necesidad más que acuciante, si se tiene en cuenta que a pesar de que los ciclomotores representan el 6% del parque móvil, éstos se implican en el 18% de los accidentes que, además, se saldan con lesiones de gravedad. El 70% de los ingresados por estas causas debe permanecer con tratamiento toda su vida o por un largo periodo de tiempo. Por si fuera poco, las víctimas de estos siniestros los protagonizan adolescentes.

Un motivo que llevó el pasado verano al Gobierno Vasco a emprender la primera campaña para detectar y sancionar a los ciclomotores que no se habían sometido a la inspección técnica obligatoria. Y los resultados de esa primera experiencia fueron alentadores. Con respecto al año 2009, se ha producido en 2010 un incremento de 560 primeras inspecciones.