Acaba de volver de una gira por Estados Unidos. ¿Cómo llegaron a tocar allí?
La verdad es que creo que uno de los sueños que tenemos todos los músicos o los que nos dedicamos a esto es tocar en Central Park en Nueva York. Nos contrataron para tocar en un festival que hay allí en verano, el Summer Fest, y aprovechando la visita hicimos una gira. Tocamos el día antes en un club de Nueva York, en el que se hacen conciertos de toda la vida, en San Diego y Los Ángeles y después terminamos en México con un par de conciertos.
¿Cómo fue la gira?
La impresión fue muy buena. Así como hasta este momento habíamos ido a Estados Unidos en ocasiones esporádicas, ahora hemos visto que tenemos mucho público y, bueno, nos estamos planteando seriamente el incluirlo dentro de nuestra ruta cuando vayamos a América y creo que lo vamos ha hacer.
¿El público de Estados Unidos se parece en algo al de aquí?
Si, lo que pasa es que en España estamos en un mundillo un poco extraño porque nos hemos acostumbrado a ver a nuestros artistas preferidos en las fiestas mayores, lo que lleva a considerar a la música con algo que tiene que ver con el ocio, con el espectáculo pero no con la cultura. En América y en Europa la música es una parte importante de la cultura, entonces la gente va a los conciertos, da igual el día que sea, pagan la entrada, compra los discos y digamos que el punto este que tenemos los artistas en España, de famoseo, allí no lo hay. Hay un gran respeto por nuestro trabajo y por nosotros.
Es todo un veterano, ya ha actuado en numerosas ocasiones en La Blanca. Este año es el encargado de abrir las fiestas en la plaza de los Fueros. ¿Cómo espera encontrar al público?
Como siempre. Desde la primera vez que fui hasta ahora lo que ha pasado es que nos conocemos mucho más, y en todo caso, nosotros tenemos más repertorio y lo hacemos mucho mejor porque llevamos más tiempo tocando. Venimos a presentar también un disco que viene de muy arriba, muy rockero, con canciones, como siempre, que pretenden emocionar a la peña y venimos a eso, a presentar lo nuevo, repasar lo viejo y a pasarlo bien. Jarabe es más o menos popular pero tenemos un repertorio muy conocido y, bueno, eso garantiza que los shows que damos sean divertidos y que la gente lo pase bien.
En marzo Jarabe de Palo sacó al mercado su último disco ¿Y ahora que hacemos?.
Bueno pues porque es un momento en el que nos hacemos muchas preguntas, de grandes cambios, un momento de crisis, y yo creo que básicamente crisis de valores. Obviamente hay crisis económica, pero esto provoca una crisis de valores. Yo creo que es una pregunta que surge a menudo en cualquiera de nosotros. Es un disco con una temática fundamental, el amor y la libertad. Para mi el tema de la libertad es un tema recurrente e importante, y por ahí creo que hay esa preocupación que se materializa en las canciones, le da más sentido al título del disco. En la vida te pueden pasar dos cosas: o que la controles y la dirijas tú o que te dejes llevar. ¿Y ahora qué hacemos? Pues ser libre y eso va en cómo quiero vivir esta vida que tengo.
En este último disco colaboran varios artistas. ¿Qué proporcionan al álbum?
Colaboran Sabina, Parker y Orozco, que son gente con mucho talento y que escriben canciones para comunicarse con los demás, expresan lo que sienten a través de ellas. El álbum es un disco muy jarabesco por un lado y además hemos recuperado nuestra faceta más rockera.
Lleva ocho discos a sus espaldas y varios temas que han tenido gran acogida entre el público. ¿Qué supone para el autor de los temas que estos tengan tanto éxito?
Lo que pasa es que en estos dieciséis años hemos hecho algunas canciones que forman parte de las bandas sonoras de la vida de un montón de gente aquí, en Europa y en América también. Y eso mirándolo con distancia y con mucha humildad pues dices qué guay, que con un tema hagas un poquito mejor la vida de la gente. No me imagino la vida sin música, todos tenemos nuestras canciones preferidas y en algún momento del día estamos conectados con la música. Nosotros somos parte de ese universo musical en el que la gente puede conectar y evadirse.