vitoria. Las carreteras alavesas volvieron a registrar ayer algunas retenciones, aunque afortunadamente los problemas de tráfico no fueron tan importantes como los del día anterior. Aunque en algunos momentos puntuales las colas superaron el kilómetro de distancia, los conductores pudieron circular con relativa normalidad.
Los puntos más conflictivos fueron una vez más los lugares en los que la AP-1 enlaza con el resto de las vías principales. En el peaje de Armiñón, en el cruce con la N-I, el tráfico estuvo parado intermitentemente minutos antes de las dos del mediodía. También se dieron algunos problemas a la altura del centro comercial Gorbeia, en la salida de la autopista AP-1 (Vitoria-Eibar), donde se produce la incorporación de la N-622, vía que une la capital alavesa con Bilbao.
Las esperas también se sucedieron en otros puntos de la red viaria vasca. La cantidad de vehículos que aprovechando el buen tiempo se dirigían a las playas provocó que el tráfico fuera denso en el peaje de la AP-68, a la altura de Zarautz, y en sentido Cantabria. Sin embargo, según informó la Ertzaintza, en el resto de las vías del País Vasco el tráfico fue fluido, si bien es cierto que la situación se volvió a complicar en algunos puntos a última hora de la tarde debido a la cantidad de gente que regresaba a sus casas después de un largo día al sol.
Lo cierto es que la operación salida de tráfico ha dejado un fin de semana bastante conflictivo. El peor día fue el sábado, jornada en la que se llegaron a registrar retenciones que superaban los diez kilómetros en algunos puntos de la red viaria alavesa. La fuerte entrada de vehículos procedentes de Europa convirtió las carreteras en un auténtico embudo hasta primera hora de la tarde. La AP-1 fue la más problemática. La autopista absorbe el grueso del tráfico ya que su señalización hace que parezca que es la única opción para aquellos vehículos que cruzan la frontera y quieren dirigirse hacia el sur.