vitoria. Los episodios de exaltación neonazi que ha padecido Vitoria en las últimas fechas aún no tienen autor o autores reconocidos, al menos, oficialmente. Ahora bien, con el paso de los días, las pesquisas reunidas por la Policía autonómica han descartado la presencia en la capital alavesa de grupos organizados de ideología nacionalsocialista. Con ello, la hipótesis que cobra fuerza para explicar los hechos acaecidos en la ciudad -ataques hacia el colectivo musulmán o la exhibición de simbología propia del ideario de dominación aria- es aquélla que acusaría de los sucesos a individuos concretos y casi a título individual. Al parecer, los cuerpos de seguridad conocerían a los sospechosos gracias a sus curriculum sembrados de hechos similares y de algún encontronazo violento de similar sesgo.

La aparición el pasado sábado de pintadas peyorativas en la fachada de la lonja llamada a acoger una mezquita para el rezo del colectivo paquistaní en Zaramaga encendió las alarmas. No en vano, la bajera en cuestión, centro de los reproches de los residentes y de una asociación vecinal afín al PP -que consideran el local impropio para su conversión en templo-, amaneció el citado día con una serie de pintadas de cariz neonazi. Sobre uno de los tabiques, el autor de los hechos se recreó con frases que no dejaban lugar a dudas sobre su intencionalidad. Stop Islam, Moros, no! o España no es un zoo cohabitaban en la lonja con esvásticas, cruces celtas y simbología de grupos afines a la exaltación aria, como los dígitos 14/88. Estos recrean en clave el ideario neonazi y funciona como firma para los iniciados en esta ideología. En concreto, el dígito 14 haría referencia a las llamadas 14 palabras que resumen el programa de la supremacia aria: "Debemos asegurar la existencia de nuestra raza y un futuro para los niños arios". El 88, por su parte, se entendería como el octavo lugar que ocupa la letra h en el alfabeto. Por lo tanto, hh vendría a ser lo mismo que heil Hitler -viva Hitler, en una traducción aproximada al castellano-.

Pero la historia no quedó ahí. De hecho, a los dos días, la ermita de San Juan, epicentro del sentimiento foral alavés, apareció decorada con frases y simbología como la desplegada en el local en el que se proyecta un templo musulmán en la calle Martín Olave. El templete juradero presentaba el martes sobre la fachada blanca de uno de los laterales una serie de símbolos de índole fascista y frases significativas que dan fe de la ideología del autor o autores de tales improperios. Heil Hitler o Sieg Heil, junto a una esvástica, una cruz celta y el código 14/88. Todo ello volvió a conformar un conjunto pictórico de idénticas connotaciones al aparecido durante el pasado fin de semana en la fachada del local de Zaramaga.

La Ertzaintza trata de descubrir al autor o autores de los despropósitos. La conclusión parece clara. Los responsables de las mismas serían individuos concretos a título personal que tratarían de radicalizar el conflicto de la mezquita.