Vitoria. La escasez de miras de los responsables de las pintadas racistas que aparecieron en la madrugada del viernes al sábado en la fachada del local en el que se proyecta una mezquita en Zaramaga no es nueva por estos lares. De hecho, y por desgracia, la ciudad ya ha asistido a este tipo de excesos en ocasiones anteriores. Y lo que es peor: aquellos malos tragos en forma de insultos xenófobos se han convertido con el paso del tiempo en la base utlizada por el autor o autores del grafitti de la calle Martín Olave, que ha reeditado modus operandi, insultos y técnica pictórica.

Corría el verano de 2007 cuando la ciudad se despertó con la información que alertaba del repunte de la actividad neonazi en la capital. En concreto, el 27 de agosto de 2007 lo que entonces era la Casa de las Américas -que por aquel entonces se había convertido en un punto de encuentro para la comunidad latina de Gasteiz-, junto al frontón aledaño al instituto Molinuevo, apareció con pintadas xenófobas que incluían esvásticas, dianas -que también podrían ser cruces celtas- y una serie de frase despectivas. En aquella ocasión, los agraviados fueron vecinos iberoamericanos, a los que los autores dedicaron frases como "Latinos, España no es un zoo", "Por una Europa blanca" o "No más inmigración".

Tal alarde de creatividad insana se repite casi a la perfección en la nueva demostración xenófoba en Zaramaga. Pese a que las víctimas en esta ocasión son los musulmanes, la capacidad para innovar en el insulto de los autores se ha quedado anclada en 2007. Sin ir más lejos, en la fachada del local de la calle Martín Olave aparecieron el sábado frases como "España no es un zoo" o "Stop Islam; moros no". Tal circunstancia invita a pensar en la relación de los dos hechos.

hace cuatro años, las pintadas aparecieron firmadas por el grupo JNS -Juventud Nacional Socialista--, y con pegatinas de una página web de una asociación nazi. En cualquier caso, lo que parece seguro es que los vecinos de Zaramaga, que son los que iniciaron hace unos meses su lucha para intentar evitar la instalación del citado templo para el rezo musulmán, no tienen nada que ver con el episodio xenófobo de las pintadas. La evidencia para sustentar esta aseveración habría que buscarla en el mismo carácter de los garabatos y las consignas aparecidas en la lonja de la discordia. Entre ellas, además de la parafernalia neonazi más al uso -esvásticas y dianas, entre otras-, aparece a modo de firma los dígitos 14/88. Éstos tienen una interpretación sólo apta para los iniciados en grupúsculos afines a la dominación aria. No en vano, las cifras tienen un significado oculto para la mayor parte de la ciudadanía, pero constituye algo así como el santo y seña para determinados grupos ligados al nazismo. El 88 equivaldría al octavo puesto que ocupa la letra h en el alfabeto. Su equivalencia hh significaría Heil Hitler -viva Hitler en su traducción castellana-. El 14, por su parte, hace referencia a las llamadas 14 palabras de un slogan típico de este tipo de pensamiento: "Debemos asegurar la existencia de nuestra raza y un futuro para los niños arios". Estos vocablos derivan de los creados por el militante por la supremacía de la raza blanca, David Lane.