EL abrigo de San Cristóbal, un importante yacimiento arqueológico en la ermita del mismo nombre, subiendo a las cumbres de Sierra Cantabria (en Laguardia), comienza a desvelar sus secretos, Entre ellos, que hace 5.000 años allí había población de pastores con ovejas domesticadas.

Estas excavaciones las viene realizando el profesor Javier Fernández Eraso desde 2007, aunque ya desde 1999 visitó periódicamente el lugar, a la espera de contar con financiación para comenzar a trabajar. El yacimiento se encuentra en un lugar de complicado acceso en los alrededores de la subida a Peña Parda. Allí, a mediados del siglo XV, según cuenta el profesor, hubo una ermita, un eremitorio y, efectivamente, en el primer estudio del terreno se encontró cerca de la impresionante pared de la cumbre de la sierra la fosa donde fueron enterrados durante siglos los santeros o monjes que allí vivieron. La ermita, por su parte, se encuentra en muy mal estado de conservación, con la bóveda hundida.

Como a finales de los años 90 Fernández Eraso estaba trabajando en el yacimiento de Los Husos, entre otras actividades, tuvo que aguardar hasta finales de 2006 para solicitar apoyo a la Diputación Foral de Álava para iniciar el trabajo en San Cristóbal. El lugar elegido fue una superficie de tres por tres metros, en el área donde estaba la fosa fúnebre de la ermita. El equipo retiró, en primer lugar, los restos de las personas que allí habían sido enterradas, así como pequeños objetos religiosos y algunas cuentas de rosarios.

Bajo ellos comenzaron a aparecer los restos que, se sospechaba, debía haber en ese lugar. Los primeros fueron restos de cenizas, procedentes de hogueras, que en un primer lugar se dataron en los períodos del Calcolítico y el Bronce, entre los años 3.200 y 4.400 antes de nuestra era. Pero bajo ellos había más y así, tras romper la costra calcárea que se había formado en el suelo por el goteo constante de agua desde la pared, se descubrieron más restos de hogueras que hacen sospechar que el lugar estuvo habitado al menos desde el año 5.000 por pastores que tenían las primeras ovejas domesticadas que se han detectado en ese punto.

Según cuenta este profundo conocedor de la arqueología de Rioja, colaborador también del profesor Barandiarán, se debía tratar de pastores que tenían los rebaños domesticados y los dedicaban a producción, tanto de carne como de lana y pieles, que alternaban sus estancias en la sierra con el llano, aunque todavía no se han encontrado los corrales que, se supone, existieron en lugares de Rioja Alavesa, aunque sí se ha localizado uno en tierras navarras, en Los Arcos.

El profesor no cree que fueran los primeros trashumantes de la Historia, aunque si se baraja la posibilidad de que los rebaños llegaran desde el Levante mediterráneo, e incluso de tierras francesas.

Tras los trabajos realizados este verano, que ahora se han paralizado momentáneamente en el terreno, comienza el trabajo de laboratorio. Cenizas, huesos de ovejas y vacas y abalorios, como unos instrumentos con forma de media luna, van a ser sometidos a las pruebas del Carbono 14 para determinar su antigüedad y ver si superan a los restos encontrados en Peñalarga, que ostentan el récord de ser el lugar donde se han encontrado los restos de animales domésticos más antiguos, del año 6.740, de todo Euskadi.

el trabajo en los dólmenes Ahora se han tomado unos días de descanso, mientras una empresa de restauración paisajística deja el dolmen de La Hechicera visitable, tras los trabajos de descubrimiento de cómo era en la Antigüedad, que han permitido dejar a la vista la existencia de dos niveles diferentes. Los profesores Fernández Eraso y José Antonio Mujika regresarán a mediados de agosto al dolmen de La Huesera, en el término de Laguardia, aunque a medio camino entre esa villa y Elvillar. El objetivo es terminar de excavar el pasillo y, posteriormente, dejar el lugar restaurado y completamente visitable, tanto para estudiosos como para turistas.