Vitoria. Los peores pronósticos se han cumplido. Los calificativos que nadie quisiera para su verano, fresco, nublado e incluso con lluvia intermitente, se han hecho realidad en este julio gris en el que el único que se ha ido de vacaciones ha sido el sol. No en vano, en lo que llevamos de treintena las temperaturas han sido más propias de la primavera, con una media de 20 grados en Álava, que nada tienen que ver con las del pasado mes, un junio seco y caluroso que hizo desterrar de nuestros armarios las chaquetas.
En este mes, en cambio, apenas nos las hemos podido quitar de encima. En especial, por las mañanas debido a los cielos encapotados con los que la mayor parte de los días se ha despertado este territorio, que han puesto las cosas difíciles a Lorenzo. El astro rey a duras penas ha podido salir con la excepción de los tímidos claros de media tarde. La consecuencia de ello es que las máximas registradas hasta el momento sean los 31,9 grados de la capital alavesa del pasado 11 de julio. Pero no menos curioso es que justo al día siguiente, el 12, se produjera la monumental tromba de agua que acabó en una espectacular precipitación de granizo que anegó varios locales, como los de la planta baja del centro comercial El Boulevard, de zonas industriales, como Jundiz o Gojain, y los viales de Sidenor, que resultaron ser la zona más afectada por el temporal. De media, Vitoria recibió ese día seis litros de agua por metro cuadrado, una cantidad que llegó a duplicarse en otros puntos del territorio, como Ozaeta y Arkaute.
Aunque para frío, la mínima de 9,7 grados que la estación de Vitoria ha llegado a contabilizar tres días este mes: el 1, el 8 y el 18. La misma situación se repitió en los valores provisionales del resto de estaciones que la Agencia vasca de Meteorología, Euskalmet, tiene repartidos en el resto de Álava. Prueba de ello es que la temperatura más baja registrada en Llodio, localidad ubicada en el Cantábrico Interior, fue los 10,2 grados que se contabilizaron los pasados días 1 y 18, una temperatura muy similar a la mínima de la capital alavesa.
Atrás queda la media de 30 grados que dejó en este territorio el julio de 2010. La máxima que por aquel entonces registró la estación de Vitoria fueron los 34,9 de su primer día, mientras que su mínima fueron los 10,9 del 24 de julio. Sin embargo, la media de estas mínimas solía estar entre los 15 grados.
lluvias Aunque el xirimiri ha hecho que más de un día haya sido necesario sacar de casa el paraguas por precaución, al final apenas ha habido que usarlo. No en vano, cero litros por metro cuadrado es el valor que se repite en la mayor parte de días de esta treintena, con la excepción de la jornada de la granizada que se ha mencionado anteriormente.
Después de tantos días desapacibles y de temperaturas más propias de primavera, parece que el mal tiempo remitirá a partir de la semana que empieza mañana, ya que dejará paso a un ambiente más veraniego, que se notará, sobre todo, durante la primera quincena de agosto.
Pero hasta que llegue el lunes, hoy el tiempo mostrará su peor cara, debido a la llegada de lluvias. Durante la primera mitad de la jornada, la nubosidad aún se alternará con algunos claros y las precipitaciones serán esporádicas y estarán confinadas al tercio norte. A partir de la tarde, las nubes cubrirán el cielo por completo y los chubascos se intensificarán, especialmente en el noreste. Las temperaturas serán, una vez más, frescas y primaverales, con máximas en torno a los 20 ºC. De hecho, en Vitoria se esperan mínimas de 9º y máximas de 19º.
Mañana lunes será lluvioso y gris. El cielo estará otra vez muy nuboso y se producirán precipitaciones débiles a moderadas, que serán más abundantes de nuevo en la vertiente cantábrica. El viento amainará un poco, pero seguirá con temperaturas suaves y poco veraniegas. Las máximas no variarán, mientras que las mínimas subirán al ser mayor la nubosidad durante las horas nocturnas.
Ya el martes empezará a hacer temperaturas más agradables, pese a que el día amanecerá con cielos nubosos, especialmente en la vertiente cantábrica. Los vientos serán flojos a moderados variables, en los que por la tarde predominará la componente norte. Las mínimas irán sin cambios y las máximas de ligero a moderado ascenso.
Hasta que ocurran las temperaturas que hagan las delicias de los amantes de piscinas y pantanos, la Agencia Estatal de Meteorología, Aemet, intenta consolarles diciendo que para mal julio está el de 2002, cuando la temperatura media no superó los 17 grados.