vitoria. Durante casi cuatro horas, el Paseo de la Senda de la capital alavesa se convirtió ayer en un hervidero de policías, miembros de asistencias sanitarias, bomberos y operarios de la suministradora de gas. Todos ellos se entremezclaban con la angustia y el pavor de los vecinos del número 15 de la citada arteria -bloque conocido como palacio Arteche- y con la curiosidad de propios y extraños ante semejante despliegue. Pese a la aparatosidad de coches patrulla y el trajín nervioso de unos y otros, todo estaba justificado. No en vano, un morador del citado solar, conocido por un historial repleto de incidentes de convivencia y por su aparente inestabilidad mental, se negaba a abandonar el piso en el que residía, del que debía ser desahuciado por su propia familia. J.O., de 49 años y perteneciente a una conocida saga de empresarios de la ciudad, se hizo fuerte allí y amenazaba con volar el edificio con una bomba y con la manipulación del suministro de gas. Gracias a Dios, todo quedó en un gran susto. Finalmente, el protagonista de la mañana desistió a media mañana de su actitud gracias a la intervención de un psiquiatra mientras los artificieros descartaban la existencia de dispositivos explosivos o de manipulación en el suministro de gas. El cordón policial se levantó y permitió a la zona recuperar la normalidad poco a poco. El citado fue atendido en un hospital y acabó en dependencias policiales. No obstante, a última hora de la tarde, fue puesto en libertad.

Pese a estar acostumbrados, lo de ayer colmó el vaso. Las cinco familias que compartían el bloque con el citado han padecido decenas de comportamientos violentos, amenazas, destrozos de mobiliario y desmanes de J.O. Según desvelaron los residentes a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el protagonista de esta rocambolesca historia ha sido responsable de una larga lista de sucesos. Entre ellos, ha empotrado su coche, arrancado un árbol propiedad del solar en el que reside, ha destrozado mobiliario, ha pintado la escalera comunal con insultos hacia los vecino. Por todo ello, se había convertido en conocido de la Ertzaintza, que ha tenido que intervenir en más de una ocasión.

Se colma el vaso Pero ayer todo fue distinto. Con otra dimensión. Los vecinos barruntaron a primera hora que la mañana no iba a traer nada bueno. De hecho, descubrieron a las 8.00 horas que las dos puertas del portal estaban clavadas con puntas y estacas para evitar la entrada de los responsables judiciales que debían tutelar el desahucio. Los residentes que quedaban en el edificio -dos familias- alzaron la voz ante las autoridades, que llegaron tan rápido como les fue posible. Nada más comprobar el estado de nerviosismo de J.O., la Ertzaintza y la Policía Municipal decidieron acotar la zona. El despliegue cortó el Paseo de la Senda y Fray Francisco, así como los accesos a Corazonistas, que también fue desalojado junto al bloque afectado por la amenaza. Al lugar de los hechos acudieron los dispositivos de emergencias y de la compañía de gas.