Vitoria, 21 jul (EFE).- Álava ya estaba habitada en los tiempos de la última glaciación, según ha una investigación de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), que ha descubierto pruebas de que hubo un asentamiento humano en Socuevas hace unos 12.000 años, al final del Paleolítico superior.
Este hallazgo de un equipo de prehistoriadores de la UPV refuerza la reciente hipótesis de que en esas fechas ya pudiera haber asentamientos estables en zonas alejadas de la cornisa cantábrica, donde las condiciones climáticas eran más favorables para su habitabilidad.
La universidad vasca ha informado hoy en un comunicado de los resultados obtenidos en la tercera campaña de excavación de este yacimiento de Socuevas, cerca de la localidad alavesa de Pobes, llevada a cabo por el grupo de investigación en Prehistoria de la UPV, con el patrocinio de la Diputación de este territorio.
El hallazgo más importante es que ya había humanos en esta zona en la última glaciación, antes de que con la llegada de los tiempos climáticos actuales, la techumbre original de Socuevas se desplomara y el asentamiento fuera abandonado.
Sin embargo, más tarde, entre el 9500 y el 6700 antes de Cristo, nuevas comunidades cazadores y recolectores lo ocuparon antes de que se conociera la agricultura y la ganadería.
Los investigadores consideran de gran valor el hallazgo de miles de restos líticos tallados y retocados, en los que destaca la presencia de puntas preparadas para la caza, así como raspadores, buriles o raederas.
Según esta investigación, para tallar dichos objetos, los pobladores de este asentamiento tenían que desplazarse, en caminatas que en ocasiones superaban los 60 kilómetros, hasta los afloramientos de Treviño, Loza y Urbasa.
Todo ello refleja que la caza era una actividad importante para los moradores de Socuevas, de ahí la estratégica ubicación del refugio.
Los abundantes fragmentos óseos localizados en las inmediaciones del asentamiento, así como los restos rescatados de hogares donde procesaban lo cazado, prueban la importancia tenía la caza en la época glacial.
El yacimiento está siendo explorado en un equipo encabezado por los profesores Alfonso Alday y Ana Cava del departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV, con la ayuda de estudiantes de la universidad vasca, así como de las de Alcalá de Henares, Burgos y Granada.
Esta campaña, que se retomará en septiembre, se ha desarrollado durante tres semanas de trabajo de campo y otras cuatro de laboratorio.
El objetivo principal ha sido profundizar en el conocimiento de las primeras ocupaciones del periodo Magdaleniense, que coincide en el tiempo con asentamientos tan emblemáticos como Santimamiñe, Ekain o Altamira.
El refugio bajo roca de Socuevas comenzó a ser investigado en profundidad hace tan sólo tres años y durante los dos primeros los trabajos se centraron en examinar los restos de asentamientos que hubo entre el año 9500 y el 6500, pero ahora la excavación se ha dedicado a estudiar los restos procedentes del Paleolítico superior.
Para datar con precisión los diferentes restos se ha excavado el terreno a una profundidad no superior a cinco centímetros cada vez.
Una vez desenterrados, los diferentes objetos han sido analizados en el laboratorio, donde tras una minuciosa limpieza, se han inventariado y clasificado. EFE