laguardia. El peculiar invierno de pocas heladas, la primavera de temperaturas veraniegas y el verano que se adivina de picos en las temperaturas están influyendo de forma importante en la evolución de los viñedos de Rioja Alavesa, aunque las labores preventivas que se vienen llevando a cabo están protegiendo el enorme patrimonio vitícola de la comarca.
En Laguardia, María Jiménez Arrausi, de la bodega Viña Lamioga, apunta que "la viña, ahora mismo se puede decir que viene unos diez días adelantada, pero... Al final, siempre acabamos vendimiando en las mismas fechas. En la floración ha llovido y se ha caído la flor antes de tiempo provocando que no salga bien el grano", explica.
En Samaniego, los responsables de Bodegas Ostatu coinciden en sus apreciaciones comentando que "en la actualidad, la evolución del viñedo va relativamente adelantada con lo que se puede considerar un año tipo. Cierto es que hasta primeros de junio el adelanto se podía valorar de unos 20-25 días, pero después de esa semana de frío se ralentizó un poco, pero aún podemos decir que la evolución del viñedo es de unos 10-15 días de adelanto". En cualquier caso, todo el mundo está de acuerdo en que "aún es demasiado pronto para predecir nada con respecto a la vendimia, pues evidentemente los tres meses que faltan son claves para ver cómo evolucionará", manifiestan.
La prudencia es, por tanto, la tónica en las valoraciones porque es demasiado temprano para predecir cómo serán las uvas de este año en Rioja Alavesa. De hecho, ni tan siquiera el Consejo Regulador del Rioja ha ido más allá que en señalar los rendimientos de este año por hectárea, similares a los del año ejercicio, tras la falta de acuerdos entre los vocales, radicalizados tras los conflictos desencadenados por el precio de la uva.