Madrid. El 45,2% de los niños y niñas de entre 6 y 9 años tienen sobrepeso u obesidad, un problema "grave" de salud pública que afecta más a los chicos que a las chicas, a los pequeños que viven en las clases sociales más desfavorecidas y a los que disponen de consolas, ordenadores o DVD en su habitación.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio de prevalencia de obesidad infantil Aladino (Alimentación, Actividad física, Desarrollo infantil y Obesidad), que hizo público ayer la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, junto al presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Roberto Sabrido. El estudio, que recogió información de casi 8.000 niños y niñas de toda España, ofreció por primera vez datos precisos y constata que, a pesar del alto porcentaje, el exceso de peso en la población infantil española se estabilizó en los últimos diez años.

Hasta la fecha, los únicos datos que se tenían eran los del estudio enKid, realizado hace más de diez años con una metodología distinta y con una participación menor (432 niños y niñas). A pesar de esa estabilización, la ministra insistió en que los datos son "muy preocupantes", por lo que no hay que bajar la guardia, y anunció que trasladará las conclusiones del estudio al próximo Consejo Interterritorial de Salud con el objetivo de acordar de forma conjunta con las comunidades autónomas las medidas a adoptar. El sobrepeso afecta al 26% de los menores (26,3% en niños y 25,9% en niñas), mientras que la obesidad llega al 19% (22% niños y 16,2% niñas). Los niveles de sobrepeso y obesidad infantil en las familias con menos recursos se sitúan alrededor del 48%, lo que supone casi ocho puntos más que el exceso de peso detectado en las familias con mayor renta económca.

Un 41% de los hijos de padres con estudios universitarios tiene sobrepeso u obesidad frente al 47,9% de los que tienen estudios secundarios y el 47,6% de los que solo alcanzaron estudios primarios. La ministra aseguró que el Gobierno dirigirá todos sus esfuerzos hacia los niños más desfavorecidos, facilitando un mayor acceso de esas familias a una información y educación adecuada sobre hábitos de vida saludable.