Vitoria. Inmersos en plena campaña y con la esperanza de que el renombre y calidad de la Denominación de Origen sustenten las ventas, las queserías alavesas de Idiazabal afrontan esta temporada como las reinas del sector ganadero gracias a su inmejorable producción y la tranquilidad que ofrece un relevo generacional asegurado. Estos profesionales se han convertido junto a los de la vid en los pilares del sector primario alavés por la competitividad de sus artículos y la apuesta por un producto diferencial y de calidad.
En el caso del queso Idiazabal no hay más que echar un vistazo a la estadística para comprobar que los pastores alaveses saben muy bien cómo elaborar este manjar de dioses. A pesar de que la crisis atrapó en sus redes a toda la economía en 2008, los datos apuntan a que desde entonces el territorio ha sabido plantar cara y apostar con éxito por esta actividad. No en vano, Álava ha pasado a liderar la producción de este queso con 591.495 kilogramos en 2010, superando incluso a Navarra, que figuraba hace tres años como líder y en esta misma temporada se quedó en 469.750 kilogramos.
De esta forma, este derivado lácteo ha logrado mantener en las últimas campañas una tendencia alcista y se ha situado a la cabeza de la producción de toda la Denominación, a pesar de que el producto deba su nombre a una localidad guipuzcoana. Un crecimiento de más de 150.000 kilos en tres años, que se ha generalizado en los territorios limítrofes en menor medida. Así las cosas, Gipuzkoa registró 314.750 kilos en 2010 y Bizkaia, tan sólo 90.695.
'In crescendo' Esta rentabilidad ha llevado a despertar un interés cada vez mayor por este subsector en la provincia. Y es que la posibilidad de adherirse a una actividad que presenta buenas perspectivas de futuro incluso en época de vacas flacas seduce a muchos emprendedores. Máxime si los sectores del vacuno de leche y de carne agonizan ante la caída de precios de compra por parte de las industrias transformadoras. De hecho, no sólo se ha conseguido mantener el número de explotaciones dedicadas a la elaboración de Idiazabal sino que tres nuevas granjas se han sumado a este grupo y suman ya 28 queserías. Estas cifras igualan la tendencia de Navarra, que también ha acogido el desembarco de tres nuevos queseros para sumar 25, mientras que en Gipuzkoa se han adherido dos más llegando a las 52 granjas. En Bizkaia se han mantenido en 15. Por todo ello, desde la Denominación de Origen aseguran que la marca goza de buena salud en el territorio aunque auguran que la producción de este ejercicio no será tan alta como la del pasado. Esta situación afectará puntualmente a explotaciones concretas que en 2010 lograron un incremento notable de la producción.
A pesar de esto, el gran momento del Idiazabal se puede comprobar en el buen rendimiento de sus queserías, ya que la media de la Denominación en Álava es de 21.125 kilos por granja, casi 9.000 más que el promedio de la marca. Una buena noticia que señala a una supervivencia de la actividad a medio plazo.
Porque, además, la esperanza se pone en el futuro. La boyante situación de este oficio permite animar a nuevos emprendedores. Así se demuestra, al menos, en el perfil de los propietarios de las explotaciones. La mayoría de ellos son jóvenes o de mediana edad, lo que apunta a que ésta es una de las pocas áreas del sector primario alavés que parece tener asegurado el relevo generacional. De hecho, incluso los pastores de oveja latxa que no transforman la materia prima también permiten prever un mañana no demasiado problemático para el queso con Denominación de Origen Idiazabal.
Esta realidad se puede comprobar en las peticiones para aperturas de nuevas granjas en el territorio. Atendiendo a los datos registrados en la Diputación, los proyectos de jóvenes ganaderos de la provincia se han concentrado los últimos años, en gran medida, en el subsector ovino de leche, que ha sumado en los tres últimos ejercicios un total de ocho nuevas propuestas. De hecho, incluso alguna de estas iniciativas ha sido reconocida institucionalmente. Es el caso de Aitor Unamuno que recibió el premio Gaztenek 2009 por su confianza en el futuro del ovino de leche. Este pastor del barrio de Barajuen, en el municipio de Aramaio, apostó por una explotación para la producción de queso Idiazabal y su esfuerzo obtuvo la recompensa buscada. Él, como sus 27 compañeros de la Denominación de Origen en el conjunto de la provincia, es la cara de una moneda que esperan no caiga en desuso.