Vitoria. La localidad alavesa de Galarreta se caracteriza por contener en su privilegiada geografía robles milenarios, áreas fluviales de gran valor paisajístico y una rica biodiversidad. Al menos por el momento, ya que está proyectado que el lugar que actualmente ocupa se vea anegado por las aguas de la presa de Korrosparri. Para tratar de detener este proceso y difundir el legado natural que está en juego, la plataforma ciudadana Korrosparri organizó ayer un testing fotográfico que recorrió las áreas verdes del municipio. Los portavoces del colectivo reiteraron durante la marcha que "existen alternativas a la gran presa proyectada, más lógicas, más baratas y con un impacto ambiental mucho menor". Aunque el proyecto se cayó a finales de 2010 del borrador del Plan Hidrológico para la Cuenca del Ebro, la Diputación Foral de Álava lo rescató en febrero de este año y le insufló nuevo aliento con el fin de "suministrar agua a la Llanada alavesa".
Cámaras en mano, el grupo invirtió la mañana en recorrer los puntos de mayor riqueza natural de Galarreta y registrarlos en imágenes para, en el caso de que el proyecto prosiga su camino, dar fe de los paisajes que se entregarán a las aguas. "Algunos quieren ver a los bosques como meros almacenes de madera y a los ríos como simples canales de agua, en lugar de verlos como generadores de vida y necesarios para nuestra subsistencia. El pantano de Korrosparri se ha proyectado no por una necesidad de agua, sino con la intención de hacer llegar a la zona la producción intensiva de cultivos de regadío y para propiciar un crecimiento industrial y demográfico que el territorio no está preparado para soportar", señalaron los organizadores del acto. En septiembre, coincidiendo con el Día de los Bosques, se llevará a cabo un nuevo testing reivindicativo.