BILBAO. En vísperas de la conmemoración el próximo lunes del Día Mundial de las Personas Refugiadas, el presidente de esa organización en Euskadi, Javier Galparsoro, ha puntualizado en Bilbao que dicho descenso no implica que "baja el número de refugiados", sino que "baja el nivel de acogida y aumenta el nivel de exigencia" para dar protección a las personas que solicitan asilo, ha criticado.
Según ha censurado, "la mente europea está en clave documentaria y se exige a las personas de otros continentes que vengan documentados".
Por territorios, en 2010 se presentaron un total de 77 solicitudes de asilo en Vizcaya, 3 en Guipúzcoa y ninguna en Álava. En Navarra fueron 4 las peticiones presentadas. CEAR-Euskadi tramitó 74 de estas solicitudes.
Según los datos de esta organización, la mayoría de los solicitantes de asilo, el 62 por ciento, procedía de África.
Por otra parte, el Ministerio de Interior reconoció en Euskadi y Navarra el pasado año diez protecciones internacionales -este dato no tiene correspondencia con las solicitudes presentadas el mismo año ya que las tramitaciones suelen superar el año-.
De ellas, concedió en siete casos el estatuto de refugiado y en otros tres otro tipo de protección internacional.
Según los datos de CEAR, en el mundo existen 43 millones de personas "merecedoras de protección" por sufrir en sus países de origen situaciones de violencia y persecución.
En España, sólo 2.738 personas accedieron el pasado año al procedimiento de asilo, casi un 9 por ciento menos que en 2009.
Galparsoro ha destacado que se trata de la cifra más baja de solicitantes en 21 años y ha contrastado este dato con el hecho de que en España "se siga hablando de invasión, de capacidad limitada de acogida..." para referirse a la llegada de personas de otros países necesitadas de protección por razones humanitarias.
En cuanto a la adopción de medidas para acoger a la población refugiada y desplazada, ha demandado la puesta en marcha de un dispositivo de acogida inmediata de carácter temporal para casos excepcionales y la suspensión del retorno forzado a nacionales de países en conflicto, así como facilidades de acceso de las organizaciones humanitarias a las zonas fronterizas para atender y asesorar a las personas necesitadas de protección.
En el mismo acto informativo, la corresponsal de guerra en Oriente Próximo y los Balcanes y experta en el mundo árabe Teresa Aranguren se ha referido a la situación de los desplazados por las revueltas en el mundo árabe y ha denunciado "el cierre de fronteras" a las personas en busca de refugio.