vitoria. La limpieza general acometida en Txagorritxu y Santiago por Osakidetza no se ha limitado al cese de los gerentes de ambos hospitales. La destitución en cascada de los directores económico-financieros y de personal de los dos centros completa, al menos por ahora, el devastador golpe de efecto de la dirección del ente público para dar forma legal al nuevo Hospital Universitario de Álava (HUA), que sólo contará con una dirección de cada una de estas dos materias.
Javier Ariste y Javier Pedrosa, responsables de Personal de Santiago y Txagorritxu, respectivamente, y Beatriz Artolazabal y Jesús Escauriaza, sus homólogos en el campo de las finanzas, han sido apartados de los planes de la dirección del ente público en una maniobra calificada como "golpe de estado" en algunos foros. La unificación de Txagorritxu y Santiago en un único ente organizativo ha provocado, en apenas unas horas, el cese de seis directivos en un contexto de creciente descontento en la red pública, a cuenta de esta reordenación asistencial y de los numerosos recortes sufridos por los trabajadores. Seis destituciones, eso sí, con matices, porque el profesional que hasta anteayer ocupaba la gerencia de Txagorritxu, Francisco Villar, seguirá teniendo un peso específico en este proyecto.
Aunque los cuatro directores de Personal y económicos conocieron sus ceses el miércoles, la noticia no corrió como la pólvora en los centros hasta ayer, una jornada marcada por la expectación y que sirvió para presentar a las plantillas de Txagorritxu y Santiago al nuevo gerente del HUA, Jon Armentia. El terremoto y la sorpresa han sido todavía mayores porque, según ha podido saber DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, Osakidetza pretende encomendar las direcciones de personal y finanzas del HUA a dos profesionales que actualmente ejercen su labor fuera del Sistema Vasco de Salud, con lo que esto conlleva en cuanto a acoplamiento. No sólo por desconocer los entresijos del sistema, sino porque deberán comandar dos ámbitos tan sensibles como la gestión de personal y financiera de un hospital único, con alrededor de 3.000 trabajadores y una complicada labor de ensamblaje.
A la vista de que todavía no han sido presentados en sociedad y de que los cuatro profesionales cesados ya han abandonado sus cargos, ambas direcciones quedarán, para más inri, vacantes durante los próximos días. Las que no sufrirán variaciones, al menos durante el próximo año, son las direcciones médicas y de enfermería tanto de Txagorritxu como de Santiago, que conservarán a sus cuatro responsables. Aunque vistos los antecedentes, no es descabellado pensar que se produzcan más puñetazos sobre la mesa próximamente.
La cuestionable revolución llevada a cabo por Julián Pérez Gil, director general del ente público, y su equipo, al menos sí que ha contado con un movimiento maestro que le ha permitido capear el temporal en Txagorritxu. No en vano, tal y como confirmaron ayer a este periódico fuentes de toda solvencia, Francisco Villar, exgerente del hospital de José Atxotegi, ha sido repescado tras su cese del miércoles para ocupar el puesto de adjunto a la gerencia del HUA. Villar, con un amplísimo bagaje a sus espaldas en la gestión sanitaria y que cuenta con numerosos apoyos en el hospital, será por tanto la mano derecha de Jon Armentia a partir de ahora. En principio, eso sí, Villar trasladará su centro principal de operaciones al Hospital Santiago.
La jornada en los dos centros sanitarios de la ciudad estuvo marcada por la visita de Armentia, acompañado en ambos casos por Pérez Gil; el director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, Eduardo Gárate; y el coordinador del proyecto, Alberto Manzano. Primero, al filo de las 12.30 horas, se presentaron en Santiago. Una hora después, en Txagorritxu, ante dos salones de actos abarrotados. La sensación de "sorpresa" por la inmediatez de los movimientos y las malas formas con que se han llevado a cabo marcó el sentir de la mayoría de profesionales. "Todos estábamos tan estupefactos que casi nadie ha dicho nada", confesó un profesional de Santiago en declaraciones a DNA.
"desesperación" Entretanto, la Plataforma en Defensa del centro de la calle Olaguíbel, que ha recogido ya cerca de 50.000 firmas en contra del proyecto de reordenación asistencial, criticó con dureza a través de un comunicado estos últimos movimientos. El colectivo calificó la designación de Armentia como "una medida desesperada del Gobierno de Patxi López frente a la constatación de su futuro político tras los últimos resultados electorales". La plataforma advirtió de que con este nombramiento "se pretende dar a entender que el HUA es un hecho y no tiene vuelta atrás", al tiempo que "al señor Armentia se le ha puesto al frente de algo inexistente, algo que nadie sabe cómo va a terminar y de lo que no se ha puesto ni un ladrillo". A juicio del colectivo, esta "desesperación" ha conducido de nuevo a "empezar la casa por el tejado".