vitoria. La inestabilidad meteorológica que se ha instaurado sobre las cabezas de los alaveses desde hace unas semanas tiene sus consecuencias estadísticas. No en vano, las tormentas del pasado mayo, llegadas con gran equipaje eléctrico, ya han pasado a la historia de la provincia y del conjunto de la comunidad autónoma. De hecho, han provocado la curiosidad de los meteorólogos ya que han logrado que el pasado mes se haya convertido en uno de los que han sufrido mayor actividad de rayos en los últimos años en el conjunto de la CAV. Así, al menos, lo explica el escenario físico presentado por los técnicos de la Agencia vasca de Meteorología (Euskalmet), que registró en ese periodo un total de 3.820 rayos de los conocidos en argot como nube-tierra.
Los datos de Euskalmet son reveladores y hablan por sí solos de la afanosa actividad registrada en los cielos sobre el territorio histórico. En ese sentido, desde el instituto meteorológico explican que los días 11 y 30 de mayo fueron especialmente activos. Cayeron en Euskadi 628 y 808 relámpagos, respectivamente. Los rayos de mayor potencia abrasaron el enclave alavés de Etura y los guipuzcoanos de Aratz y Asteasu. Además, durante la tormenta ocurrida el pasado 30 de mayo se registró en el enclave alavés de Sarria (municipio de Zuia) la mayor intensidad de precipitación jamás contabilizada en la red de Euskalmet desde su nacimiento: 115 litros por metro cuadrado en una sola hora, gran parte de ella en forma de granizo.
Como consecuencia de la citada tormenta, en los municipios de Urkabustaiz, Zuia y Zigoitia impactaron un total de 111 rayos (15, 72 y 14, respectivamente) todos ellos surgidos de los bordes de la misma. Según los expertos de Euskalmet "es lógico que sucediera así, ya que los rayos no se manifiestan dentro del foco de máxima precipitación, sino en los bordes de la propia tormenta". A este respecto, desde la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco se recuerda a la población en general la obligación de seguir al pie de la letra los consejos y recomendaciones de protección en materia de rayos, al menos hasta que la tormenta no se haya desplazado unos 10 kilómetros.
Si se siguen esas recomendaciones es probable que se puedan capear las consecuencias de una jornada como la del pasado día 30 en la comarca de Zuia. Entonces, en pleno mes de las flores el cielo se tiznó de ferocidad para dejar a propios y extraños con la boca abierta y la cabeza resguardada. No en vano, cayó una granizada de las que hacen historia. Al concluir, pueblos como Murgia parecían haber pasado por una de las nevadas de los meses de diciembre o de enero. Según la estación automática de Sarria se registraron durante la tarde de aquel lunes precipitaciones de 118 litros por metro cuadrado, de los cuales 115 se produjeron en el transcurso de una sola hora. Aquellas precipitaciones rompieron todos los récords desde que Euskalmet toma nota de lo que ocurre.
Tal y como informó la Agencia vasca de Meteorología, gran parte de esta precipitación fue granizo y tuvo especial incidencia en los enclaves de Sarria, Murgia y diversas zonas del Gorbea, además de en Izarra y Altube, donde la autopista se colapsó debido a lo drástico de la meteorología. En opinión de Euskalmet, lo visto y lo sufrido -con garajes anegados y las calles y los montes con montones blancos del hielo caído- fue un registro histórico ya que nunca en los 20 años de historia de la Agencia se había registrado tal cantidad de precipitación en tan sólo una hora.
Se da la circunstancia de que la estación de Sarria, donde se registraron las precipitaciones más copiosas, está situada en el municipio de Zuia, a muy poca distancia de la entrada del parque del Gorbea y comenzó a funcionar el pasado 20 de mayo, gracias a la colaboración de la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología de Lakua y el Departamento de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Álava.