VALENCIA. El suceso ocurrió sobre las diez de la noche de ayer en un inmueble de la calle de Lepanto, casi en el centro del municipio, cuando una mujer que cuidaba a la pareja llegó a la vivienda y se encontró un charco de sangre y los cuerpos sin vida de estas dos personas, por lo que dio aviso a la Policía Local y a la Guardia Civil.

La Guardia Civil, que investiga el suceso, trabaja con la hipótesis de que el hombre matara a su mujer, ya que ésta presentaba signos de violencia, y después se quitara la vida.

Según fuentes de la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana, no constaba ninguna denuncia por malos tratos previa.

El alcalde de Museros, José María Aznar, ha explicado a Efe que al parecer el hombre asestó varios navajazos a su esposa y posteriormente se disparó un tiro en la sien con una pistola "muy pequeña y antigua".

Aznar ha indicado que, pese a la avanzada edad de la pareja, no vivían recluidos en casa, y que algunos vecinos le han comentado que estuvieron hablando con el hombre a las 17.30 horas de ayer en el jardín que hay frente al inmueble.

El alcalde ha expresado la "sorpresa mayúscula" de los vecinos por este suceso, ya que no se conocía que la pareja tuviera problemas previos y además era un matrimonio muy mayor, y ha sostenido que Museros es un pueblo "tranquilo y pacífico", por lo que ha calificado de "puntual" este caso.

Ha señalado que el hombre era natural de Museros y que, exceptuando una época en que la pareja se fue a trabajar a Francia, habían vuelto hacía más de veinte años a la localidad y residían allí.

Este el segundo caso de violencia de género que se registra en esta localidad, de unos 4.700 habitantes y situada a menos de veinte kilómetros al norte de la capital valenciana, en algo más de un año, después de que el 30 de abril de 2010 una mujer de 51 años muriera acuchillada a manos de su expareja, de 57 y nacionalidad búlgara, quien fue detenido ese mismo día.

Al parecer, la mujer había acudido al domicilio del exmarido, del que se encontraba en trámites de divorcio y al que había denunciado por amenazas y por impedirle el acceso al domicilio conyugal, a recoger unas pertenencias cuando se produjo la agresión.