ejercer la enfermería no sólo se basa en el delicado cuidado de la salud de los pacientes. Porque cuando dentro de un grupo humano conviven la inquietud con grandes dosis de esfuerzo, ilusión y perseverancia, la profesión logra romper las barreras que separan las habitaciones hospitalarias del exterior demostrando que la investigación sanitaria no es un coto cerrado para la medicina. El Hospital Santiago de Gasteiz, hogar profesional de numerosos emprendedores, vuelve a estar de enhorabuena gracias a los dos primeros premios que ha logrado un grupo de enfermeras de su planta de Neurología y Cardiología, la 6ªB, en sendos congresos estatales recientemente celebrados en Toledo y A Coruña. Aunque por cosas de esa movilidad tan habitual en Osakidetza ya no todas convivan allí profesionalmente, este periódico ha reunido a cinco de sus once protagonistas para conocer sus sensaciones y retos de futuro.

Dos proyectos en forma de comunicación oral han tenido la culpa: El primero, en el que han tomado parte cinco profesionales de Santiago, lleva como título Valoración de la atención de enfermería al alta en pacientes con crisis convulsivas relacionadas con el alcohol. Resultó agraciado en el XXXV Congreso Nacional de la Asociación española de Enfermería en Neurociencias que acogió la capital castellanomanchega entre los pasados días 11 y 13 de mayo. El segundo, premiado en el XXXII Congreso de Enfermería en Cardiología que se celebró en la ciudad gallega una semana antes, fue comandado por seis enfermeras y versa sobre los Cuidados paliativos en Insuficiencia Cardiaca. A su título, el proyecto añade una pregunta: ¿Podemos hacer más?

Ésta es, al fin y al cabo, la cuestión que siempre surge cuando uno o varios profesionales se enfrentan al reto de investigar sobre un campo sanitario concreto para idear nuevas herramientas en favor de los pacientes y sus familiares. Idoia Beistegui, supervisora de la planta 6ªB y que ha participado en la elaboración de ambos trabajos, sintetiza esta reflexión: "La base de cualquier proyecto es saber de dónde partimos y a dónde queremos llegar, viendo qué podemos hacer por el camino para mejorar", expone Beistegui, que ve a sus jóvenes compañeras Edurne Terrones, Rebeca Rey y Leyre Martín, coautoras del proyecto premiado en Toledo, como algo similar a unas hijas. Junto a ellas tres e Idoia, Luz Coromoto es la quinta responsable del éxito.

La idea de realizar este trabajo comenzó a gestarse hace cinco meses, a comienzos de año, cuando el personal de enfermería de Cardiología y Neurología celebró una reunión ya tradicional que sirve para planificar el trabajo con vistas a los congresos que se realizan durante el ejercicio. "Detectamos problemas concretos viendo lo que se está haciendo y, a partir de ahí, surge una tormenta de ideas", detalla Beistegui. El grupo integrado por Rebeca, Leyre y Edurne, parte de cuyas integrantes ni siquiera llega a la treintena, recibió el visto bueno de Idoia y pronto se puso manos a la obra. "Vimos que muchos pacientes epilépticos tienen como factor común que eran alcohólicos; entonces, queríamos ver cómo influía el alcohol en el debut de este trastorno", describe Rebeca. "Y, sobre todo, comprobar si los cuidados de enfermería que estábamos aplicando a esos pacientes son los correctos o existen áreas para mejorar", añade Leyre.

Cinco meses de trabajo después, todo ello fuera de sus horarios laborales, y compitiendo con otros sesenta proyectos presentados al congreso, se alzaron con un primer premio que les ha reportado 600 euros en metálico. Dispusieron para presentar su proyecto ante el jurado de ocho minutos, que sirvieron para contextualizar el trabajo, explicar sus objetivos y la metodología empleada, así como sus resultados y conclusiones, ayudadas por diapositivas. Se valoró, por encima del resto, lo original e innovador de su propuesta, su enfoque enfermero, así como la rica bibliografía empleada.

Participar en congresos de estas características sirve a las profesionales, según relata Edurne, para "ver cómo está la Sanidad en otros lugares y cómo trabaja allí la enfermería". En comparación con otras comunidades, la más joven del grupo considera que Osakidetza "tiene cosas muy buenas y apoya la docencia", aunque también es indudable que "las necesidades son cada vez mayores". Blanca Aguayo, otra de las veteranas del grupo y que ha participado en la elaboración del trabajo premiado en A Coruña junto con Beistegui y Miren Echavarri, Arantza Jiménez de Aberásturi (ahora en Txagorritxu), Pilar Fernández y Luz Coromoto, también reflexiona sobre este aspecto: "Osakidetza está haciendo un esfuerzo por innovar y estar arriba, pero también es verdad que la enfermería necesita más recursos para investigar y hacer nuevos trabajos. Todo esto sale de nuestro esfuerzo, tiempo libre, ganas y empeño, por lo que necesitamos más apoyos", sintetiza la profesional, que actualmente ejerce como supervisora en la planta de Medicina Interna de Santiago.

recompensa El trabajo premiado en Galicia compitió con otras 120 comunicaciones orales y fue agraciado con la nada desdeñable cifra de 1.500 euros. Todo un espaldarazo para un proyecto de dos años de duración, muchísimas horas de esfuerzo que han tenido esta grata recompensa. La prevalencia de las insuficiencias cardiacas dentro de las patologías tratadas en su planta y el "enfoque primordial" de los cuidados paliativos en este campo motivaron a Idoia, Blanca y su equipo para lanzarse sobre este proyecto. "La enfermería debe enfocar los cuidados desde todos los puntos de vista: Físico, emocional, social y espiritual. Por eso, nuestro objetivo es trabajar con ellos de forma más integral", subraya Blanca. "No centrarnos sólo en el aspecto físico, el me duele o no, sino también en el familiar que está al lado", apostilla Idoia.

Triunfar en A Coruña ha motivado al grupo a buscar nuevos retos, y entre sus objetivos más próximos se encuentra presentar este proyecto en el Congreso Internacional de la Sociedad Española de Cardiología que se celebrará el próximo marzo en Copenhague. Para ello deberán superar una criba y preparar una exposición en inglés, algo que no les amedrenta en absoluto.

La labor de estas enfermeras emprendedoras no sólo se ciñe a estos dos últimos éxitos, porque el año pasado sumaron otros dos primeros premios en tres congresos y ya han comenzado a infundir temor entre sus rivales. "Cuando subíamos a por los premios nos decían, ¡otra vez vosotras!", bromea Leyre. Sus proyectos serán publicados próximamente. Además, el grupo ha editado dos guías sobre el cuidado de pacientes con ictus y la insuficiencia cardiaca, respectivamente, "enfocadas tanto al enfermo como al cuidador y para favorecer su empoderamiento". Con la ayuda de Maxi Alda, un auxiliar de enfermería de la planta, pronto verán también la luz dos DVD que completarán la información recogida en estas guías.