vitoria. La mayoría de los matrimonios con hijos cuyos miembros trabajan fuera de casa, dejan a los niños buena parte del tiempo al cuidado de sus abuelos. Un servicio tan poco remunerado como clave para que marido y mujer puedan seguir produciendo y manteniendo vivo no sólo el tejido económico familiar, sino el empresarial, el comunitario e incluso el estatal. Conscientes de la importancia del rol que desempeñan en silencio, los mayores de la Asociación de Jubilados y Pensionistas (Ajupe) de la USO reclaman apoyo "social y económico" a los mayores que se encargan de la atención de sus nietos mientras sus padres están ausentes por causas laborales.
"Más del 60% de los abuelos cuida total o parcialmente de sus nietos durante el día. La notable falta de plazas en guarderías, ludotecas y de otros servicios sociales públicos de atención a menores, está haciendo que los abuelos suplan estas deficiencias, cuya responsabilidad última es de las diferentes administraciones públicas. Por ello, estas personas mayores deben ser recompensadas social y económicamente por la labor que desarrollan de atención a los menores. Las administraciones no pueden permanentemente cargar sobre la familia sus deficiencias y carencias", explica Carlos Solas, presidente de la asociación.
El colectivo expone que sin esta ayuda de los abuelos, muchas mujeres no podrían incorporarse al mercado de trabajo. "Deberían ser recompensados en forma de desgravación fiscal u otro medio económico compensatorio, ya que no sólo la atención de los nietos lleva dedicación de tiempo, sino que en la mayoría de los casos también conlleva un gasto importante mensual en comidas y meriendas".
asistencia La pretensión de la Administración de imponer el denominado "copago sanitario" en materia de asistencia ambulatoria y también en parte del coste de las medicinas a las personas mayores, suscita un rechazo frontal en el colectivo. "Si es cierto que se da un abuso especialmente por parte de las personas mayores en la asistencia sanitaria ambulatoria, no es menos cierto que imponer el copago para todos los usuarios, más parece una medida estrictamente recaudatoria, que una búsqueda real de solución al problema", argumentan en este sentido.
En cuanto a la imposición de este sistema en las medicinas hoy gratuitas, afirman que "es el peor remedio al abuso de petición de recetas por parte de los pacientes y, a la vez, alegre concesión de recetas por parte de los médicos". "Quizá el problema sea que al no haber una asistencia médica especializada para las personas mayores, la solución más fácil del doctor sea la receta médica", consideran.
Tal y como se plantea el "copago", entienden que puede ser injusto para muchos jubilados. "En caso de llevarse a cabo -proponen-, tendría que ser aplicada a los jubilados y pensionistas con suficientes recursos y nunca indiscriminadamente para todos por igual, salvando de esta forma del pago a las personas con escasos recursos económicos".