vitoria. Pese a que el fantasma de la xenofobia ha sobrevolado esta campaña electoral, pocos serán los extranjeros que depositen su papeleta en las urnas. No parece que la ampliación del derecho a voto para países que no son de la Unión Europea haya introducido grandes cambios en el censo electoral, como demuestra el hecho de que sólo dos foráneos hicieron los trámites para figurar en las listas de Vitoria. Una escasa participación que no se debe a que las instituciones alavesas no divulgaran la información necesaria al respecto. De hecho, fueron las que mejor comportamiento tuvieron en Euskadi y comunicaron los requisitos a mayor número de foráneos para aparecer en el censo electoral.

Hasta tal punto es así que este territorio es el único en el que los no comunitarios recibieron más cartas que los no europeos. En concreto, 1.957 personas (52,7%) frente a las 1.756 (17%) remitidas a los oriundos del viejo continente, según se extrae del informe Población extranjera y elecciones municipales del Observatorio vasco de Inmigración (Ikuspegi) elaborado a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este cierto equilibrio entre las comunicaciones a personas comunitarias y no comunitarias no ocurre en Bizkaia y Gipuzkoa, ni en el Estado, donde dominan las dirigidas a personas de origen europeo.

A juicio de Ikuspegi, aunque es "difícil" interpretar el dato alavés, puede que la llegada de población inmigrante más temprana facilite el requisito de tiempo de estancia, establecido en cinco años. En el caso de Bizkaia y Gipuzkoa parece que se percibe la tendencia opuesta, ya que la mayor parte de los flujos migratorios ha llegado en los últimos años, lo que limita su acceso al censo.

Ikuspegi también destaca que el electorado extranjero inscrito en términos relativos es bajo, bastante más que su peso real en el conjunto de la población. "Parece percibirse que son dos las variables las que determinan que dicho peso sea mayor o menor: el año de llegada de la población extranjera, por un lado y, sobre todo, el peso de la población comunitaria sobre el total de la población foránea por otro".

La nacionalidad extranjera más numerosa en el censo electoral alavés es la rumana (22,7%), seguida de la portuguesa (22,3%), colombiana (9,2%) francesa (7,4%) e italiana (6,1%). "Si comparamos estos datos con los del Padrón es obvio que aparecen sobrerrepresentadas las nacionalidades de la UE en detrimento de las latinoamericanas, donde sólo algunas aparecen en los primeros puestos, pese a su peso en el padrón".

Un motivo que lleva al Observatorio vasco de Inmigración a proponer que para analizar el derecho a voto de la población inmigrante "se tenga también en cuenta el voto de los que tengan la nacionalidad española, ya que pueden participar en las elecciones y son además un colectivo con más presencia".

Esta tónica también la mantiene Bizkaia, donde Rumanía y Portugal aparecen en los primeros puestos. No así Gipuzkoa, en la que junto al país luso aparece en segundo puesto Francia. La diferencia significativa más importante entre la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) y el Estado es que aunque en ambas dominan las nacionalidades comunitarias, en estos lares no sobresalen los extranjeros "turistas" llamados así por fijar de manera estable su residencia atraídos por el sol y playa. Más bien lo hacen pensando en que tierra es la de las oportunidades para buscar empleo. "En el caso vasco son las nacionalidades comunitarias en las que lo principal es el componente económico".