CÁDIZ. Se lo cuenta en una de las conversaciones intervenidas durante la investigación que destapó el caso y que se han escuchado hoy en el juicio por la "Operación Karlos" en la Audiencia Provincial de Cádiz.
Carretero le cuenta por teléfono a Eli, su novia, el encuentro que mantuvo en un hotel con la esposa de Jesulín de Ubrique y con José Luis López, empresario amigo del torero y supuesto intermediario de la red, también acusado en el juicio.
Carretero le explica que María José Campanario se había negado a pagarle los 5.000 euros que él se había gastado en las cotizaciones a la Seguridad Social de su madre, por un contrato que la red hizo para que constara que había trabajado y poder continuar los trámites de su incapacidad laboral.
"No veas la que ha formado la Campanario. Un taco en el hotel", le cuenta Carretero a su novia, para después relatar que la mujer del torero (que, según el fiscal, había pagado ya a la red 18.000 euros), le dijo que no iba a pagar ese dinero porque era "una barbaridad".
Después Carretero explica a su novia que le había dicho a Campanario: "Mira, María José, tu madre no ha trabajado en su puta vida, tu madre no tiene derecho a nada. He formado yo un follón para que le quede una paga" y cuenta que ella le contestó: "sí, sí, pero a mi suegra le pediste menos".
"Yo con tu suegra nunca he hablado hija .... tu suegra lleva treinta años cotizando y tiene derecho a una paga, lo único que hemos hecho es adelantársela cuatro años. Eso es diferente a tu madre, que nunca ha cotizado", explica Carretero a su novia que le dijo a Campanario.
La mujer del torero ha negado en el juicio desconocer que su madre no había cotizado a la Seguridad Social porque ella la había visto trabajar desde que tenía "uso de razón" y ha sostenido que se enteró en la reunión en el hotel de que le habían hecho un contrato laboral sin su permiso.
Las conversaciones también parecen corroborar la versión del fiscal de que la red preparó, con el conocimiento de Campanario, suplantar a la madre de esta en una prueba médica, llevando en su lugar a la madre de Eli.
Antes de la prueba Carretero llama a Campanario y le dice que su madre, que estaba en Castellón, mejor que se quede en casa "casi todo el día" porque en teoría debía estar en Cádiz haciéndose la prueba. "Como si me dices que tiene coger un avión esta tarde y venirse", le responde la mujer del torero.
Y después de la prueba en la que la madre de Eli suplantó a la de Campanario, Carretero, su novia, el inspector médico y una secretaria del hospital donde se practicó la prueba hablan en distintas conversaciones de que ha salido todo "perfecto, perfecto" y se ríen de lo sucedido.
"Nos hartamos a reír cuando salimos", cuenta "Eli", que dice que su madre "lo hizo perfecto" porque ella le había recalcado que dijera que se llamaba Remedios, que venía de Castellón y tenía 58 años. "Le dolió un poco bastante (la prueba médica) pero aguantó el tirón".
Las referencias a apaños de informes médicos saltan sin tapujos en numerosas conversaciones, como en una en la que Carretero le confiesa a su novia: "Eli, yo trincando soy el más feliz del mundo", mientras canta "me gusta el sobrecito, métele el dinerito".
En esta llamada Carretero le cuenta a su novia la comida a la que uno de los "clientes" de la red les ha invitado en El Puerto de Santa María, minutos después de obtener la baja en la consulta de unos de los médicos acusados.
"Nos hemos dado una pechá a comer bogavantes, langostinos, gambas, ostras, y, eso que parece una uña de león, ¿cómo se llama?, percebes, cariño, percebes. ¡Que barbaridad!", le dice Carretero a su novia para después contarle que gracias a sus trámites quien invitaba se va tirar cincuenta años cobrando 200.000 pesetas al mes.