murcia. Alrededor de 40.000 personas, casi la mitad de los 95.000 habitantes de Lorca se han visto afectados por el terremoto que sacudió la ciudad el miércoles, aunque poco a poco van volviendo a sus casas, ya sea para comprobar su estado, recoger enseres personales o volver a instalarse en ellas.
Todavía quedan unos 2.000 vecinos que podrían estar meses en los tres campamentos habilitados en el barrio de La Viña, que es el más afectado y que los vecinos denominan ya como pueblo fantasma al estar totalmente desalojado; en el Instituto Ibáñez Martín; y en el Huerto de la Rueda. Hasta ayer, muchos lorquinos pudieron volver a entrar en sus casas tras la evaluación pertinente que los técnicos han realizado o se desplazaron a municipios próximos, a viviendas de familiares o a residencias veraniegas.
Además, la evaluación de daños efectuada por técnicos, arquitectos e ingenieros puso ayer de relieve que 660 edificios, de los 1.717 dañados por el terremoto pueden ser ya habitados. Los expertos habían supervisado hasta ayer más de 1.350 inmuebles, el 80% de los afectados por el seísmo.
El consejero de Obras Públicas de Murcia, José Ballesta, dijo ayer, al término del Consejo de Gobierno celebrado en Lorca, que el 48% de las viviendas analizadas no tiene daños estructurales y son habitables, por lo que invitó a sus propietarios a que regresen "con la tranquilidad de que ha sido certificada su habitabilidad" por técnicos. Ballesta añadió que el 40% de los edificios presentan color amarillo, es decir, tienen daños no estructurales, pero no tienen condiciones adecuadas de habitabilidad, por lo que en estas casas sólo se permite entrar a recoger las pertenencias.
Además, hay un 12% de viviendas con daños estructurales, lo que, según el consejero, "no quiere decir que haya que demolerlas", ya que muchas podrán arreglarse, y solamente para alguna en peor estado será recomendable su derribo.