Un agente de los Mossos d'Esquadra denunció a dos guardias urbanos de Barcelona por no hablarle en catalán cuando, en un control rutinario, le pararon por conducción temeraria. Según el atestado, el 9 de febrero los dos guardias urbanos detuvieron a un motorista que circulaba a gran velocidad entre los coches. Tras pararlo se dirigieron a él en español. El motorista se identificó como Mosso fuera de servicio y les dijo que su único idioma era el catalán.