GRANADA. La ceremonia, para la que se ha activado un dispositivo policial al objeto de evitar incidentes con los numerosos periodistas desplazados al lugar, ha comenzado sobre las 11,30 horas con la celebración de una misa en honor del pequeño Alejandro F., cuyo cuerpo ha sido velado por la familia durante toda la noche.

Posteriormente, varios familiares han llevado a hombros el féretro hasta el camposanto seguidos de una gran multitud de allegados que a gritos de "asesinos" clamaba justicia contra el matrimonio que habitaba en el mismo inmueble que la víctima y que fue detenido el miércoles por su presunta implicación en su muerte.

La escena más dolorosa se ha producido cuando la madre del pequeño, presa de un ataque de nervios, se ha dirigido a los medios de comunicación allí congregados para clamar que los detenidos "se pudran en una cárcel porque --ha dicho-- se han llevado a mi niño" y "han matado a su padre".

"Te quiero mucho" le gritaba a su pequeño mientras varias de las mujeres que le acompañaban comparaban este caso con el de la niña de Huelva asesinada Mariluz y garantizaban que cuando finalizara el entierro "nos vamos a ir a los juzgados", dado que no comparten la teoría de que la responsable de los hechos pueda ser la hija del matrimonio detenido, una niña de doce años con la que supuestamente Alejandro subió a jugar antes de los hechos. A UN CENTRO DE MENORES

La consejera para la Igualdad y el Bienestar Social, Micaela Navarro, ha informado este jueves de que la menor ha regresado a un centro de protección de menores de la Junta de Andalucía por orden de la Fiscalía de Menores hasta que se resuelva la investigación que instruye el juzgado de Instrucción número 3 de Granada.

Navarro ha precisado en declaraciones a los periodistas en Almería que la niña, quien se encuentra bajo tutela de la administración aunque ha declinado aportar más datos, se fugó el día 5 de abril del centro de protección de menores en el que estaba ingresada y que la Junta puso la "pertinente denuncia", por lo que la Policía "la estaba intentado localizar como es habitual en estos casos".

Ha subrayado, asimismo, que la familia, en concreto los progenitores que continúan en las dependencias de la Comisaría Provincial de Granada detenidos desde el miércoles, "en ningún momento pusieron en conocimiento de la Junta o de la Policía que la menor estaba con ellos" en el domicilio en el que residen en la calle Molino Nuevo de la capital granadina.

La Fiscalía de Menores dispuso tras la muerte del niño Alejandro F. hace menos de 24 horas que la menor retornase a un centro de protección hasta determinar a través de la investigación policial y judicial qué ocurrió para que se precipitase por la ventana del edificio en el que vivía después de que ella le fuese a buscar para jugar.

La Policía Nacional no descarta la posibilidad de que pueda tener alguna responsabilidad y está intentando esclarecer el grado de implicación de la niña en el fallecimiento que se produjo a causa de la caída sufrida que le provocó un "traumatismo craneoencefálico y una hemorragia cerebral", según revela el primer informe de autopsia, que precisa que "estaba vivo antes" de precipitarse al vacío.

Respecto a los detenidos, fuentes de la investigación han informado a Europa Press de que la mujer, de 36 años, tiene problemas de adicción con las drogas, y el hombre, de 54, cuenta con antecedentes penales por robo y por tentativa de homicidio. Está previsto, según fuentes policiales, que este jueves a las 17,00 horas o ya el viernes por la mañana la pareja, que llevaba poco tiempo viviendo en el bloque desde el que se ha precipitado el niño por causas que aún se desconocen, pase a disposición judicial. Por ahora, y dado que ésta se trata de una muerte violenta, han sido arrestados acusados de un posible delito de homicidio.

La autopsia practicada al cadáver determina que el niño murió a causa de la caída sufrida desde el inmueble, que le provocó un "traumatismo craneoencefálico y una hemorragia cerebral", según han informado fuentes de la familia.

El documento confirma que el niño "estaba vivo antes" de precipitarse al vacío, aunque aún queda por determinar si cayó por accidente o fue arrojado de forma intencionada.