El mío es el más guapo, el más listo, el mejor preparado y el que mejor nota saca. Dentro de poco, los ganaderos presumirán de sus cachorros como nunca. Y no solamente de los humanos. Y es que, la Diputación ha modificado la norma foral de ayudas para los propietarios de mastines con el objeto de evitar la existencia de ejemplares no preparados para realizar su trabajo con seguridad de cara al público y a los propios rebaños. Por ello, a partir de ahora, los ganaderos aspirantes a obtener la subvención foral para sus perros que hayan presentado su solicitud antes de este 30 de abril se verán sometidos a unos test que determinarán su validez para guardar una explotación.
a principios de año Éstas se realizarán a los cachorros de un año durante la primera quincena del mes de enero de cada ejercicio y se repetirán, al menos una vez más, durante el resto del año. Una empresa especializada contratada al efecto por la Diputación será la encargada de llevar a cabo estas visitas y evaluar a los mastines.
De esta forma, los canes se someterán a unos test de comportamiento que establecerán su nivel de respuesta. Se les realizarán pruebas que demostrarán su capacidad de respuesta a las llamadas en diversas situaciones, así como su grado de agresividad en determinadas situaciones y ante distintas personas.
Además, también se prestará asesoramiento al ganadero para que el mastín se incorpore lo ante posible al rebaño. Y es que, según los expertos lo ideal es que el perro se identifique con sus funciones y el entorno en el que las llevará a cabo lo antes posible. Con esto se pretende evitar que permanezca demasiado tiempo en el caserío y se habitúe a un entorno más social que luego desencadene en comportamientos inadecuados como guarda de la manada.
Así las cosas, si los expertos observaran alguna anomalía de manejo o de comportamiento en ejemplares determinados durante estos exámenes, el perro no se subvencionará durante ese año. Esto aportará una mayor seguridad a rebaños y campos.