El último boletín del Observatorio Joven de Empleo de los últimos tres meses de 2010, hecho público la semana pasada, revela que la juventud española tiene una tasa de actividad del 72,2%, con lo que desmonta la teoría de la llamada Generación ni-ni que engloba a aquellos jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 34 años que no trabajan, no estudian, no realizan trabajos con o sin remuneración, ni están buscando hacerlo. El informe reduce al 5,6% la cifra de jóvenes que formarían parte de esa generación.

Así, del 72,2% de los jóvenes que trabaja, el 72,5% tiene un empleo y el 27,5% se encuentra en el paro, una tasa siete puntos superior a la media de la población general.

Por otra parte, la tasa de inactividad de la población joven española es del 28,8%. En este sentido, hay que diferenciar la inactividad en relación con el empleo del hecho de "no hacer nada".

El coordinador del informe y profesor de la Universidad del País Vasco, Benjamín Tejerina, aclara que la tasa de inactividad (28,8%) no se corresponde con la Generación ni-ni, ya que el 67,4% de las personas jóvenes inactivas realiza estudios reglados, y un 13,5% realiza estudios no reglados, por lo que sólo el 5,6% de los jóvenes no está trabajando ni estudiando. El estudio es la primera situación de inactividad tanto para hombres como para mujeres, aunque para un 29,1% de éstas las labores del hogar constituyen su primera situación de inactividad. De hecho, esa actividad constituye la segunda situación de inactividad más señalada, tanto entre mujeres (85%) como entre hombres (78,7%).

Asimismo, hay que señalar que a medida que aumenta la edad, desciende la tasa de inactividad. Así, hay una diferencia de más del 40% entre el grupo de edad de 16 a 19 años y el de 30 a 34. De hecho, la tasa de paro de este último grupo de jóvenes se sitúa al mismo nivel que la tasa de paro de la población general.

El sexo también es una variable de gran relevancia, ya que las mujeres tienen una tasa de inactividad mayor en todos los grupos de edad. La diferencia entre mujeres y hombres es de aproximadamente un 5% en todos los grupos de edad, excepto en el grupo de 30 a 34 años, donde las mujeres rompen la tendencia a la disminución de la tasa de inactividad.

los "desanimados" Entre la población joven inactiva, el 4,6% se sitúa en la categoría de "desanimados", de los cuales aproximadamente la mitad estaría en situación de actividad potencial. Es destacable que un 2,4% de las personas inactivas jóvenes (2,7% de varones y 2,2% de mujeres) afirma que no busca empleo porque cree que no lo va a encontrar. De hecho, un 64,4% de las personas jóvenes inactivas no han tenido nunca un empleo.

Aunque la mayoría de los jóvenes en situación de inactividad afirma no buscar empleo por estar estudiando (82,2% de varones y 66,1% de mujeres), un porcentaje elevado de las mujeres señala como motivos el "cuidado de niños o de adultos enfermos, discapacitados o mayores" o por "tener otras responsabilidades familiares o personales".

Tejerina también matiza que en ese porcentaje se puede incluir jóvenes que pueden realizar trabajos sociales, labores del hogar o acciones benéficas sin remunerar. En concreto, casi 3,5 millones de jóvenes realizan estudios, mientras que en torno a 200.000 se dedican a trabajos sociales y actividades benéficas.

En cuanto a la jornada laboral, los contratos a tiempo parcial se erigen como la modalidad más habitual, pues el 83,4% de los jóvenes cuenta con este tipo de contrato, que alcanza al 24,2% de las mujeres y al 9,6% de hombres. En relación con la jornada a tiempo parcial existen diferencias por sexo tanto en la población general (un 23,2% de mujeres y un 5,5% de varones) como en la juventud (24,2% de las mujeres jóvenes y 9,6% de varones).

contratos temporales La atención al tipo de contrato permite evaluar la estabilidad del mercado de trabajo. Así, el informe destaca que existe otra marcada diferencia con la población general, que estriba en que el 37,7% de los jóvenes tiene un contrato temporal. Si se considera la jornada parcial por grupos de edad y sexo se observa que, a mayor edad, aumenta la jornada parcial de las mujeres y se reduce la de los varones. Concretamente, entre quienes desempeñan una jornada parcial entre los 30 y los 34 años casi el 80% son mujeres.

Ante esta "preocupante" situación, desde el Consejo de la Juventud de España (CJE) advierten de que recuperar los niveles previos a la crisis "va a costar mucho", aunque sí esperan una "ligera" caída o la ralentización del paro juvenil a partir del primer trimestre de este año. Por su parte, el responsable de la Comisión Socioeconómica del CJE, José Luis López, considera que los contratos de formación suponen una "oportunidad" para mejorar el acceso de los jóvenes al mercado de trabajo. López respalda así la propuesta de la CEOE de extender el contrato de formación hasta los 35 años con una remuneración cercana a los 641 euros del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Sin embargo, precisa que la duración de ese contrato de formación no debería superar los dos años y además garantizar las cotizaciones a la Seguridad Social para "constatar la profesionalidad" adquirida. Para el CJE, potenciar los contratos de formación y bonificar la contratación de los jóvenes constituyen los mejores "estímulos" para elevar el porcentaje de jóvenes con empleo (el 72,5% del colectivo).