La sabiduría popular aconseja prevenir antes que lamentar, de modo que el comercio urbano de Vitoria se ha puesto en manos de especialistas para obtener un diagnóstico que le permita contener la actual hemorragia de consumo que, partiendo de los establecimientos tradicionales, desemboca en las grandes superficies y las ciudades del entorno. Conscientes de que el delicado estado del sector, aún convaleciente de la crisis, es susceptible de agravarse, los pequeños comerciantes, puntales del tejido socioeconómico urbano, toman nota de los consejos que les brinda Gasteiz On y, tras examinar la radiografía encargada por la Asociación de Comerciantes de Vitoria, se preparan para una recuperación que anhelan pronta. Seis representantes de diferentes categorías y zonas comerciales ofrecen su punto de vista personal sobre la salud de los pequeños negocios urbanos en la capital alavesa y analizan la situación general del sector.

decoración/enmarcaciones

Eder Arte

La estampa que ofrece Eder Arte constituye su mejor tarjeta de visita. Desde la calle San Antonio, el establecimiento pone a disposición de sus clientes una amplia experiencia en artes gráficas y enmarcaciones, aunque Flor Etxebarria reconoce que, últimamente, "la cosa está un poco baja". Desconoce si la razón estriba en la dura competencia que plantean las grandes superficies comerciales o si obedece a otros factores, aunque admite que "esta es una época tradicionalmente mala para nuestro gremio porque la gente tiene la cabeza puesta en las vacaciones y en comprar ropa de cara al verano". La radiografía comercial acierta al interpretar que la juventud tiende a replicar los modelos de consumo importados de occidente y Flor confirma que "tenemos poco público joven". Frente a estos inconvenientes, Eder Arte sigue apostando fuerte por la calidad y la vanguardia, valores que nunca caducan y que, tarde o temprano, acaban por calar en el cliente. "Nuestras pinturas y reproducciones tienden más a lo moderno que a lo clásico, con lo que podría decirse que está orientada a la juventud, aunque en realidad siempre ha sido nuestra línea", indica. Al valorar la fuga de compradores a ciudades limítrofes, la palabra Ikea aflora a sus labios. "Venden los cuadros por dos duros y medio y no puedes competir con esos precios. Competimos con la calidad -rebate-, pero con el precio es imposible". Ahora bien, no todo el mundo es partidario de colgar en sus paredes cuadros cuya originalidad expira nada más traspasar la línea de cajas. "Todo el mundo tiene luego los mismos cuadros. Elegir personalmente una lámina, un marco y un tipo de montaje no tiene nada que ver con eso. Ofrecemos algo distinto a los demás", subraya. En cuanto al futuro del comercio urbano de Vitoria, se fija en los nuevos establecimientos que se abren en la ciudad y asegura que "eso me llena de optimismo".

calzado y complementos

Calzados Gil

La rivalidad comercial no hace mella en Calzados Gil, especialista en vestir los pies de los más pequeños desde su local asentado en la céntrica calle Postas. Ni la de las grandes superficies ni la de las ciudades del entorno. "No nos podemos quejar", asevera Lourdes Redondo. "En otras categorías sí que existe competencia. Los jóvenes, por ejemplo, buscan muchas veces ropa barata y la encuentran en los centros comerciales. Pero quien busca calidad, ni sale fuera de Vitoria para comprar ni recurre a las grandes superficies", estima. Incluso la proliferación de bazares orientales que se animan a vender esta clase de ropa a precios muy bajos puede afectar, a juicio de Lourdes, a la caja de las franquicias. "Siempre paso por delante de una de estas tiendas y siempre veo que hay gente, sobre todo chavalas jóvenes, así que me imagino que venderán mucho", detalla. De regreso a las grandes superficies, está convencida de que la crisis les ha afectado más que al comercio tradicional. "Voy muy poco -apunta- porque me agobian, pero las contadas veces que he ido me ha dado la sensación de que no hay tanta gente en las tiendas como paseando con los niños por las galerías". "La gente sabe dónde está la calidad y dónde se les atiende bien. Las dependientas jóvenes de las tiendas de estos centros comerciales o no tienen interés o no saben, porque muchas veces te dan las indicaciones mínimas", apostilla.

farmacia/herboristería

Ayuth

Desde hace años, la calle Correría del Casco Medieval se distingue por sus comercios atípicos y Ayuth es uno de sus exponentes. Su responsable, Esther Fernández de Mendiola, relata que, a diferencia de lo que les ocurre a otros negocios cuyos consumidores acuden ocasionalmente a Bilbao, Logroño o Donostia, a ella los clientes le llegan precisamente de fuera en muchas ocasiones. "Trabajo básicamente como terapeuta y vendo piedras. También hago estudios de feng shui y me viene gente de Bilbao, Pamplona, Zaragoza, Donostia... No noto la competencia ni de los centros comerciales, porque no se dedican a lo mío, ni de otras ciudades", comenta. Aunque su principal imán son las terapias, también los minerales que llenan sus estantes constituyen un interesante reclamo. Prueba de que los negocios como Ayuth pertenecen a otra categoría es que "ni notamos mucho cuando la situación es fantástica ni nos afecta mucho la crisis". Experimentan un estado de constancia que, simplemente, fluye. "Los que nos dedicamos al tema terapéutico tenemos un gráfico más plano que el que presentan otro tipo de servicios y comercios", indica Esther. Por no afectarle, ni tan siquiera le influye la crisis de edad en los clientes. "Viene un poco de todo -evalúa-, desde niños acompañados de sus padres a ver las piedritas hasta gente mayor, aunque el perfil más habitual se corresponde con la mediana edad". Fuera de lo que atañe a su negocio, ve que el resto del comercio urbano atraviesa momentos duros, "sobre todo en el Casco Viejo, donde muchas tiendas sobreviven". "Si no fuera por el apartado terapéutico habría tenido que cerrar hace tiempo", acepta.

perfumería y estética

Perfumería Manolo

Manolo Ortiz Frutos lleva toda una vida al frente del negocio que luce orgulloso su nombre en el número 17 de la calle Olaguibel. A sus 76 años, ha visto de todo y aún le quedan ganas de permanecer al pie del cañón, o mejor dicho, del mostrador. Para pelear de tú a tú con las grandes cadenas de distribución emplea sus mismas estrategias, tan antiguas como los propios negocios, y le funcionan a la perfección. Domina el producto que vende y no le duelen prendas a la hora de enfrascarse en una guerra de precios. "Tenemos muy buenos precios, nadie compite con nosotros ni nosotros contra nadie. Nunca nos faltan clientes", asiente con orgullo. "Cada maestrillo tiene su librillo y hay quien quiere ganar mucho, pero nosotros nos conformamos con ganar menos, esa es nuestra fórmula del éxito", resume. La calidad, por supuesto, está presente en su tienda tanto como en la mejor surtida de la competencia y tampoco encuentra problemas en disponer de público joven. "Todo el mundo nos conoce -agrega-, así que vienen los padres, los hijos y los nietos. Gente de 15 años, de 40, de 60 y de 80". El secreto para atraer cada jornada a cerca de un centenar de clientes radica en "la simpatía de las personas, ser vendedor y no despachador y, cómo no, en ofrecer el mejor precio". Otro de sus puntos fuertes es la motivación de un personal que se conoce el catálogo al dedillo.

relojería/joyería

Ache

Una de las categorías que el análisis de Gasteiz On vincula de forma más rotunda al comercio urbano es el correspondiente a la relojería y joyería. Chelo Etxeberria, de la joyería Ache de General Álava, tiene no obstante la sensación de que las grandes superficies ejercen una fuerte competencia sobre su sector. "Este año hemos sufrido un bajón en general, aunque no sabría decir qué porcentaje corresponde a la crisis y cuánto a la competencia de los centros comerciales", indica. En lo referente al peso que el estudio atribuye a la relojería y a la joyería dentro del comercio urbano -tanta que las destaca como "palancas" con las que movilizar el resto de las categorías-, Chelo está convencida de que se debe "al trato, a la deferencia que tengas y al servicio que ofreces". "Últimamente vienen clientes con encargos especiales y se dan cuenta de que en unas determinadas tiendas no les hacen caso y en otras sí", ahonda. La atención dispensada en las grandes superficies le resulta "mucho más aséptica" y en muchas ocasiones siente que la persona que le escucha desde el otro lado de estos mostradores "ni sabe de lo que está hablando ni de las soluciones que puede dar al cliente, como un servicio técnico o un taller propio para facilitar reparaciones, grabaciones....". La captación de clientela joven se le antoja "difícil" a la par que "crucial", pero no imposible. "Los jóvenes se mueven por marcas de moda -reflexiona- y en estos artículos las firmas te marcan directamente un precio estipulado, así que en ese sentido sí que podemos competir con las grandes superficies. Da lo mismo que compres un producto de marca aquí, que en El Corte Inglés o en El Boulevard. Es más, si esto no se cumple se podría llegar a denunciar". Aunque es consciente de que un mayor servicio de parking atraería más público potencial al centro, no se olvida de que el tranvía está jugando un papel importante a la hora de dinamizar las tiendas tradicionales.

equipamiento deportivo

Kirolak Zubiaurre

De acuerdo con la radiografía ofrecida por Gasteiz On, las categorías de ocio y deporte se encuentran bajo el control de los grandes centros especializados, aunque Lorea Zubiaurre, de Kirolak Zubiaurre, establece importantes salvedades. "Claro que se nota la competencia de las grandes superficies, sobre todo en la agresividad de los precios, pero se está dando una tendencia al alza en muchos deportes que requieren de una mayor especialización y que no están presentes en estos puntos. Tanto es así que tenemos algunas secciones en las que estamos creciendo claramente", explica. El outdoor, el trail, el atletismo y el fitness femenino constituyen algunos de estos feudos propios del comercio urbano en los que los centros comerciales apenas tienen presencia. El esquí, sin embargo, ha representado este año una excepción "pero por cuestiones exclusivamente climatológicas". "Para los clientes que se inician o para los que van buscando precio, una gran superficie les vale. Pero los que persiguen un cierto grado de especialización y consejo, recurren al comercio urbano", resume. En los enormes establecimientos del ramo localizados en centros comerciales no es sólo que los dependientes no dominen la materia, sino que no se les ve. "Hay mucho menos personal en función de la superficie -disecciona-, aquello es un autoservicio. Priman el precio sobre la atención y sobre las recomendaciones técnicas". Optimista, Lorea asegura que a pesar de la crisis "hay un mercado capaz de defenderse" y se felicita de que "el deporte está de moda". "El bienestar, la salud, el wellness... La gente busca cada vez más sentirse bien", concluye risueña.