labastida. Las protestas contra la facturación de gas doméstico de Repsol se extienden como una plaga, especialmente "después de recibir la última factura que es muy parecida a las anteriores, aunque en las últimas semanas no se han utilizado las calefacciones". Tal argumento fue uno de los principales en la concentración celebrada ayer en Labastida, protesta en la que los portavoces de la plataforma de afectados por las facturas de propano, Leticia Alfaya Lozano, de Labastida, e Iker Vileya, de Izarra, mantuvieron una asamblea con numerosos vecinos de la localidad riojanoalavesa.
Los miembros de la plataforma comentaron en la asamblea que algunas instituciones estaban de acuerdo con las reclamaciones que hacían los consumidores, pero que se había decidido que cada uno actuara por su cuenta ya que "las instituciones se hacen favores entre ellas y se tratan de tapar" y nosotros tenemos que encontrar soluciones a los cerca de 15.000 consumidores de propano afectados que hay en Álava".
Estas mismas fuentes recordaron que el problema no se ciñe sólo al territorio histórico sino que hay muchos movimientos de protesta en otros lugares, y siempre contra la misma empresa, Repsol. Al parecer, los temores y recelos aparecidos en Álava se han reeditado en Bizkaia, Levante, La Rioja y otras zonas. "Curiosamente siempre en el medio rural", explicaron justo antes de denunciar que mientras una familia media paga en Vitoria alrededor de 120 euros por la calefacción, en los pueblos las facturas rondan entre 300 y 800 euros en las mismas circunstancias.
Ahora, los siguientes pasos que han planteado desde la plataforma es que los consumidores comprueben sus contratos de abastecimiento, ya que en muchas ocasiones esos compromisos se firman con los ayuntamientos, como ocurre en el caso de Labastida, donde la Corporación tiene firmado un contrato con Gas Repsol con una duración de 60 años, que puede suponer un problema a la hora de rescindir el contrato para firmarlo con otra compañía, entre otras con las de gas natural, que es mucho más barato.
El objetivo, con la revisión de ese documento, es que los consumidores puedan comprobar si pueden realizar una reclamación individual ante Industria, que es el paso necesario antes de interponer acciones colectivas contra Repsol.
El siguiente paso será el más difícil de lograr, ya que se requiere una movilización coordinada a nivel del Estado. Se trataría de que el Gobierno central asumiera que el suministro de gas doméstico es un elemento de primera necesidad para que rebaje el IVA, ya que se está aplicando la tasa más alta, el 18%.
La plataforma denunció que con los precios que se pagan y con el IVA que se aplica "parece que quieren que nos vayamos de los pueblos. Estamos pagando 4,8 veces más que en Vitoria" por el gas licuado de Repsol, cuando el natural es mucho más barato. Lo que ni los vecinos ni la plataforma entienden es la razón del incremento de precios y el supuesto aumento del consumo. En la asamblea se reprochó a la empresa que haya acusado a los consumidores de haber elevado "su nivel consumista". Además, en el transcurso de la asamblea intervinieron activamente las personas presentes. Unas denunciaron que el mismo consumo facturado por Cepsa era notablemente más barato que con Repsol, incluso en el mismo pueblo, en la zona de Izarra. Y otros abogaron por regresar a los acumuladores de electricidad que habían quitado de sus casas al contratar el gas de Repsol.
Los miembros de la plataforma insistieron a los vecinos para que llamen a los medios de comunicación denunciando el caso, aunque también avisaron que algunos de ellos, de carácter estatal no harían caso por tener contratos de patrocinio con Repsol. Incluso, la Cámara de Comercio e Industria de Álava no cedió una sala a la Plataforma para celebrar una rueda de prensa porque Repsol patrocina a la institución cameral con 50.000 euros anuales.