Vitoria. El Gaztetxe de Vitoria cumple 23 años de su creación, desde aquel día de San Prudencio de 1988, cuando una manifestación subió desde Fariñas hasta la cochera de Montehermoso "y se le dio la patada a aquella puerta que llevaba tanto tiempo cerrada", tal y como recuerdan los miembros de esta organización juvenil.

"El Gaztetxe nos ha ofrecido a todos los que nos hemos acercado a él (miembros de la asamblea, colectivos del barrio, grupos de música, teatreros....) un lugar donde poder organizarnos a nuestra manera. Un espacio donde gestionar nuestras inquietudes y nuestro tiempo de ocio de una forma autónoma", añaden los miembros de "esta casa", a la que califican como un lugar en el que se ha creado un ejemplo de que se puede funcionar "sin el tutelaje de ninguna institución, construyendo lo que queremos".

Pero a la hora de escribir su propia historia, también afirman haber sufrido "numerosos ataques" tanto contra el propio Gaztetxe como por el Casco Viejo. Algo que en este último caso lo ilustran con los intentos de los vecinos por crear una escuela en la almendra. "Mientras muchos sectores del barrio proponen medidas para acabar con la falta de espacios y equipaciones totalmente necesarias, las instituciones sólo piensan en qué tipo de talasoterapia van a ofrecer en Escoriaza Esquível".

Sus integrantes se reafirman en la importancia de organizaciones como la suya para defender los intereses del barrio, mediante la autogestión. "No conocemos ni nos imaginamos Vitoria sin un sitio donde los jóvenes puedan poner en práctica inquietudes y sueños, donde se junten para luchar o para divertirse. No nos imaginamos Gasteiz sin el Gaztetxe", afirman sus representantes.