vitoria. El suspenso del alumnado en ciencias no se soluciona con más horas lectivas. Según voces expertas, se impone una profunda renovación pedagógica. Y pasa por reducir la extensión de los temarios y dar prioridad a la experimentación mediante metodologías indagativas (investigaciones guiadas, trabajo de laboratorio, museos...) frente a extenuantes horas de teoría que solo consiguen el almacenaje de conocimientos pero no su aplicación razonada en un contexto determinado. Éstas son algunas de las conclusiones del Informe Enseñanza de las ciencias en la didáctica escolar (ENCIENDE), elaborado por una veintena de especialistas en didáctica de las ciencias y divulgación científica de la Confederación de Sociedades Científicas de España.
Se trata del primer estudio de su género en el Estado a raíz de la preocupación por el desapego que sienten los jóvenes hacia estas disciplinas. La falta de interés por las ciencias que se imparten en la escuela se materializa en los malos resultados que año tras año demuestran las evaluaciones internacionales (léase PISA), y ha desembocado en una disminución del número de matrículas y graduados en carreras científicas, en particular, en las ramas fisicoquímicas.
Somos malos en ciencias y no hay vocaciones científicas. Desde hace años -y más intensamente desde el inicio de la crisis- los responsables de la Administración, las universidades y los agentes del sistema I+D+i repiten este mantra machaconamente. Pero hasta ahora no se habían analizado las causas y, menos aún, desarrollado un plan de acción global frente a un problema prioritario en la agenda de la mayoría de los gobiernos de Europa: la falta de cantera científica. No en vano, la baja actitud y aptitud científica de la juventud no es un problema exclusivo de Euskadi, aunque la propia naturaleza y lagunas del sistema educativo hacen más intensos sus efectos indeseados. El Informe ENCIENDE ha detectado un déficit de formación inicial del profesorado en ciencias, sobre todo de Primaria; existe un problema en la metodología docente como consecuencia de esa falta de formación; y hay un problema en el propio currículo educativo ya que se han reducido progresivamente las horas de ciencias pero no la materia.
Empezando por este último aspecto, el estudio apunta que en la etapa de Educación Primaria (de 6 a 12 años) las ciencias representan casi un 7% del espacio curricular y no se consideran un área instrumental del mismo nivel que las Matemáticas o el Lenguaje a diferencia de la importancia que reciben de influyentes evaluaciones, como PISA, de la OCDE. Las ciencias se encuentran muy por debajo del 17% que suponen las Matemáticas, o del 38% de las lenguas en el caso de comunidades bilingües como Euskadi. Ello "perjudica la dedicación horaria a la adquisición de la competencia científica", dicen los promotores de ENCIENDE.
En Secundaria el problema se agudiza a pesar de que la presencia de las ciencias es mayor, aproximadamente un 18%. Sin embargo, la disminución de las horas destinadas a estas asignaturas de los últimos cambios curriculares "no ha sido acompañada de una revisión de la extensión de los contenidos a impartir". Por tanto, el profesorado se ve obligado a embutir todo el temario de antes de la reforma de la LOE en menos horas. La LOE también ha impuesto una serie de cambios en las especialidades de Bachillerato que conducen a un mismo destino: menos ciencias en la escuela. Ahora, las asignaturas de ciencias son obligatorias solo hasta 4º de la ESO, curso a partir del cual Física y Química y Biología y Geología pasan a ser optativas. Además, quienes optan por las antiguas mixtas solo dedican el 14% del horario lectivo a las ciencias, lo cual incide directamente en su baja competencia.
Más práctica También hay consenso en que "la enseñanza de ciencias tiene que ser más auténtica respecto a la práctica científica en el aula, incluyendo investigaciones guiadas y abiertas sin olvidar la importancia del aprendizaje conceptual, a partir del uso del lenguaje y argumentación científica", reza el informe. Según el comité de expertos de ENCIENDE, esta debería ser la línea a seguir por los profesionales de la escuela lo que supone un cambio de metodología.
En Europa los currículos oficiales contemplan para Primaria actividades que implican la formulación de problemas, trabajo experimental así como actividades fuera del centro (visitas a museos o empresas, trabajos de campo...); y en Secundaria actividades que llevan la discusión de temas contextualizados: ciencia en sociedad, uso de documentación y realización de proyectos relacionados con la ciencia. En el currículo estatal también hay una amplia selección de actividades prácticas pero "éstas no siempre se llevan a cabo en las aulas", asegura el informe.
De hecho, en la Evaluación nacional de actitudes y valores hacia las ciencia en entornos educativos (2005), el 60% del alumnado aseguraba que no hacían prácticas en clase, que recibían todos los contenidos mediante la explicación teórica del profesor y que les evaluaban con la resolución de ejercicios numéricos. También detectó un bajo número de actividades con material de laboratorio, ya fuera a través de la manipulación directa del alumnado o en experiencias magistrales. Por tanto, se aboga por un cambio "sustancial" a nivel didáctico y se enfatiza en la idea de la enseñanza de las ciencias centrada en la indagación. Además, la enseñanza Obligatoria se ha caracterizado los últimos 40 años por numerosas reformas educativas. La última, la LOE (2006) recoge por primera vez la idea de las competencias básicas en el currículo como adaptación de las competencias clave propuestas por la Comisión Europea.
En el Estado, las ciencias se separan de la Matemática. Pero a tenor de las conclusiones alcanzadas por el estudio, el profesorado y la escuela siguen estancados en la enseñanza tradicional y no han adaptado la forma de trasmitir conocimiento al nuevo marco de competencias recogido por la LOE.
Según Digna Couso, responsable de ENCIENDE, "la enseñanza de las ciencias debe incluir actividades que demanden del alumnado la aplicación de los conocimientos", para ello "es necesario un cambio en las metodologías y es preciso incluir problemas que demanden las puesta en práctica de los conocimientos en una variedad de contextos".
CONCLUSIONES
l PROPUESTA TRANSVERSAL 1.
Apoyar y potenciar una renovación de la enseñanza de las ciencias, no sólo de los contenidos o metodologías de aula, sino también del enfoque de la evaluación interna y externa, que ponga el acento en la aplicación de los contenidos en contextos diversos y relevantes.
l PROPUESTA TRANSVERSAL 2.
Replantear la formación del profesorado de ciencias en consonancia con la renovación de la enseñanza de las ciencias que se persigue. Este replanteamiento afecta tanto a la formación inicial como a la continuada, y es diferente para los profesores de las diferentes etapas educativas. En el caso de los profesores de Primaria, la necesidad de formación sobre enseñanza de las ciencias es de gran importancia, al identificarse una escasa formación en ciencias y sobre todo en didáctica de las ciencias en una etapa en la que los alumnos están especialmente dispuestos a aprender ciencias.
l PROPUESTA TRANSVERSAL 3. Fomentar la cultura científica a través de la potenciación de acciones que impliquen el acercamiento de la Ciencia a la sociedad, en particular en el ámbito familiar y del ocio, así como de la comunicación científica.
l PROPUESTA TRANSVERSAL 4.
Promover la apertura de la comunidad científica a la sociedad en general y a los niños en edades tempranas en particular. l PROPUESTA TRANSVERSAL 5.
Crear, mantener y dinamizar un punto de encuentro entre los diversos agentes implicados en la educación y cultura científica.
PROBLEMAS EN EL CURRICULO Y METODOLOGÍA
l Primaria: solo suponen el 7%. En la etapa de Educación Primaria las ciencias representan casi un 7% del espacio curricular por debajo del nivel de las Matemáticas o el Lenguaje, a diferencia de la importancia que les otorgan influyentes programas de evaluación competencial internacional como PISA, de la OCDE. Se encuentran muy por debajo del 17% de las horas lectivas que suponen las Matemáticas o del 38% destinado a las lenguas en comunidades bilingües como Euskadi.
l ESO: más materia, menos horas. La presencia de las ciencias es del 18%; sin embargo, la disminución de las horas destinadas a estas asignaturas de los últimos cambios curriculares no ha sido acompañada de una revisión de la extensión de los contenidos a impartir, lo cual supone un reto para el profesorado. l Mucha teoría, poca práctica.
Según el informe 'Evaluación nacional de actitudes y valores hacia las ciencia en entornos educativos' (2005), el 60% del alumnado dice que no realiza prácticas, recibiendo todos los contenidos mediante la explicación teórica del profesor y evaluando sus conocimiento mediante la resolución de ejercicios numéricos. Detectó un bajo número de actividades que impliquen material de laboratorio, ya sea a través de la manipulación directa del alumnado o en experiencias magistrales.
l Conclusión: un cambio.
La enseñanza de Primaria es esencialmente reproductiva: hay pocos espacios para la exploración de los fenómenos y la indagación.
PRECEPCIÓN DE LA JUVENTUD DE LA CIENCIA
l Buena actitud.
Estudios realizados para evaluar los factores que influyen en las actitudes de los estudiantes hacia las ciencias y Tecnología y sus motivaciones para aprender estas asignaturas ponen de manifiesto que en el Estado, así como en otros países:
-Existe una buena imagen general de la Ciencia.
-Esta contrasta con la peor percepción de la Ciencia en la escuela.
-Se detecta un incremento del escepticismo respecto a la Ciencia.
l Motivación antes de los 14 años. Recientes estudios han demostrado que el alumnado desarrolla su interés por los estudios de ciencias antes de los 14 años y que disminuye a medida que se avanza en las etapas educativas.
l Más mayores, menos interés. La falta de conexión entre la Ciencia escolar y la realidad de los jóvenes, así como la desinformación sobre la importancia de las ciencias para un amplio rango de carreras es uno de los factores causantes del desapego e infravaloración de los estudiantes por las asignaturas de ciencias.
l Caen las matrículas en ciencias.
Según el Informe ENCIENDE, elaborado por un comité de expertos de la Confederación de Sociedades Científicas de España, son muchas las evidencias que demuestran una disminución gradual del interés de los estudiantes de los países desarrollados, entre ellos el Estado español, por el estudio de las ciencias, en particular de las fisicoquímicas. Este desinterés se manifiesta en la tendencia a la baja de las matrículas y graduados en las universidades.
l Contexto difícil. Los resultados del alumnado al final de la escolarización obligatoria en competencia científica y actitud hacia la Ciencia distan de ser los esperados. A ello se une un declive en el número de estudiantes interesados en cursar carreras científico-tecnológicas, en particular en el Estado; y Euskadi no es una excepción.