los avances de la ciencia, los programas de detección temprana y las campañas de concienciación no han impedido que el cáncer frene su particular sangría, debido al imparable crecimiento demográfico y al envejecimiento de la población a nivel mundial. Aumentan tanto los casos como las muertes, sólo superadas por las que se derivan de las enfermedades cardiovasculares, y esta tendencia se mantendrá durante los próximos años según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En concreto, la mortalidad asociada al cáncer crecerá en el mundo un 45% de aquí a 2030, pasando de las cerca de ocho millones de defunciones actuales a 11,5 millones. Salvo que las campañas de control del tabaquismo se intensifiquen, el cáncer de pulmón seguirá ocupando, como sucede ahora, el primer puesto del ranking de mortalidad a juicio de la propia OMS.

Esta bestia negra dentro de la amplia gama de tumores malignos engrandece su negatividad porque carece de un programa de detección precoz como los que sí existen para los de colon y recto, segundo en la clasificación de mortalidad, y el de mama, el más común entre las mujeres. Otros tipos de cáncer, como los de hígado, estómago y cuello uterino son más frecuentes en los países en vías de desarrollo. Para prevenir este último, Osakidetza también cuenta con un screening a través de citologías periódicas y, además, introdujo hace ya tres años en su calendario la vacuna contra el papilomavirus (VPH), principal causante de esta patología. Los especialistas del servicio de Oncología del Hospital Txagorritxu detectan anualmente alrededor de 900 nuevos cánceres. Los de pulmón, colon y recto y mama son, siguiendo la tónica general, los más habituales. Estómago, próstata, esófago o páncreas también proliferan entre los diagnósticos habituales.

Al margen de participar en los distintos programas de cribado, alejarse de ocho factores de riesgo concretos ayudaría a evitar más del 30% de los cánceres. El tabaquismo, la obesidad, el consumo insuficiente de frutas y hortalizas, la inactividad física, el consumo de bebidas alcohólicas, la infección por VPH, la contaminación del aire de las ciudades y, por último, el humo generado en la propia vivienda por la quema de combustibles sólidos conforman un listado de mandamientos que, en este caso, conviene mantener al margen. Jone Ojeda, psicóloga de prevención de la Asociación Española contra el Cáncer en Álava (AECC), trabaja sin descanso para inculcar buenos hábitos a los ciudadanos y reducir en la medida de lo posible las cifras de nuevos casos. "Cada vez más gente va tomando conciencia de que evitar que surja un cáncer o, al menos, retrasar su aparición está en sus manos. Muchas veces viene dado y aún falta mucho en materia de prevención, pero estamos en un muy buen camino", celebra Ojeda. Los profesionales sanitarios y del tercer sector, como Ojeda, insisten en que en pleno Siglo XXI "el cáncer se cura", y que ante un nuevo diagnóstico no hay que darlo, ni mucho menos, todo por perdido. "Hay que tener un espíritu de lucha importante, poniendo las cosas en orden para saber a qué nos enfrentamos realmente. Porque se puede salir adelante", certifica Ojeda. A través de estas líneas, DNA repasa las características de los cinco cánceres más habituales poniendo énfasis en las medidas de prevención más eficaces para evitar su aparición. Desde el plano médico, la responsable del servicio de Oncología de Txagorritxu, Severina Domínguez, subraya que "se van consiguiendo logros, nuevas medicaciones con indicaciones más precisas para cada tumor", pero todavía ve lejana una definitiva curación de la enfermedad. "Hace falta mucha investigación y recursos, tanto materiales como humanos, para llegar ahí", reconoce.

pulmón

A falta del cribado, no fumar

No hay más que decir que el 90% de los cánceres de pulmón está asociado al tabaco, lo que explica la guerra sin cuartel que las instituciones han iniciado en los últimos años contra el humo. A falta de un programa de cribado, alejarse de puros y cigarrillos es la mejor receta para evitar que aparezca este cáncer, que en 2006 provocó casi 20.000 muertes en el Estado, cerca de 55 cada día. Lamentablemente, el cáncer de pulmón no produce síntomas sobre el paciente en fases precoces o son muy inespecíficos, por lo que su diagnóstico es generalmente accidental; en otras palabras, se detecta en pruebas realizadas para descubrir otros problemas de salud. Según los datos recopilados por la AECC, la edad media de fallecimiento por cáncer de pulmón en el Estado es de 68 años entre los hombres y 66,6 entre las mujeres. Sólo el 10,7% de los pacientes que sufren un cáncer de este tipo sobrevive más de cinco años. De hecho, junto con los de hígado, páncreas y esófago es "el de peor pronóstico" según la AECC, debido tanto a la agresividad del tumor como a la dificultad de realizar un diagnóstico precoz. No obstante, tal y como recuerda Domínguez, el pronóstico siempre dependerá "del estadío en el que se encuentre" el cáncer. "Siempre que pueda realizarse cirugía las expectativas serán mejores, algo que no sucede cuando el tumor ya está diseminado", apunta.

colon y recto

Una prueba exitosa

"El cáncer de colon se puede curar en el 90% de los casos si se detecta a tiempo" es el lema empleado por la AECC con motivo del día mundial de esta patología que se celebró hace poco más de una semana. El aumento de la esperanza de vida no se podría entender sin el programa de detección precoz impulsado por Osakidetza en 2008 y que, para muchos profesionales del sector, "ha sido el mayor éxito" logrado por la red pública en los últimos años. La prueba, que se realiza en el propio domicilio tras recibir una invitación por carta, detecta la presencia de sangre oculta en las heces, y en caso de ser positiva el estudio se completa con una colonoscopia para visualizar el origen del sangrado. La población diana la componen los hombres y mujeres de 50 a 69 años. No en vano, la mayoría de los casos graves, que tienen una muy difícil curación, se diagnostican entre los 65 y los 75 años. Aproximadamente el 54 % de los pacientes que sufren este cáncer sobrevive más de cinco años.

mama

Mamografía y autoexploración

Las buenas expectativas de vida que ya acompañan al cáncer colorrectal también son extensibles al de mama, aunque todavía siga ocupando el primer puesto de mortalidad entre las mujeres. La mejora de la supervivencia ha coincidido con la implantación extensiva de las mamografías en la red pública, que en Euskadi se realizan a las féminas de entre 50 y 69 años y, a partir de ahí, de forma periódica. Este año también se han extendido a las mujeres de 45 a 49 que cuenten con factores de riesgo, una medida no exenta de polémica. El 78% de las mujeres que padecen un cáncer de mama en España sobrevive a día de hoy más de cinco años, según la AECC. Severina Rodríguez recomienda, al margen de participar en el screening, "autoexplorarse la mama frecuentemente" para detectar la presencia de bultos sospechosos.

estómago

Difícil diagnóstico

Al igual que con el de pulmón, el cáncer gástrico no produce ningún síntoma hasta que se encuentra en una fase muy avanzada y, por tanto, el pronóstico es mucho más negativo. A ello también ayuda la inexistencia de un programa de detección precoz valido hoy en día. Suele diagnosticarse por pruebas que se realizan para descubrir otros problemas de salud, en fases muy avanzadas de su crecimiento, No obstante, aunque los científicos no han sabido explicar la causa a ciencia cierta, la mortalidad por cáncer gástrico ha disminuido notablemente en los últimos años.

próstata

El cáncer de los mayores

El cáncer de próstata, que pelea con el colorrectal por el segundo ranking de mortalidad entre los hombres, afecta a las personas de edad avanzada. De hecho, el 75% de los casos es mayor de 65 años. Cabe destacar que existen grandes diferencias entre los países más y menos desarrollados, porque mientras en estos últimos es el sexto tumor en frecuencia, en los países desarrollados su prevalencia ha aumentado rápidamente en la última década y en muchos países es el primero en incidencia entre los hombres, muy por delante del de pulmón. Es el caso, por ejemplo, de EEUU, Australia y el norte de Europa. Según los datos recopilados por la AECC, en el Estado se diagnostican unos 13.300 casos anuales. Desde la generalización del test de diagnóstico precoz , la incidencia del tumor ha aumentado pero también la supervivencia, porque se diagnostican y tratan tumores muy pequeños.