Tokio. Una grieta en el muro de una fosa cercana al reactor 2 ha provocado filtraciones al mar de agua contaminada proveniente de la central de Fukushima. Esta noticia eleva la inquietud por el alcance de la radiactividad, que sigue dificultando los esfuerzos para reactivar el sistema de refrigeración de la inestable planta nuclear japonesa.
Tepco, la empresa operadora de la central de Fukushima Daiichi, informó de que la grieta es de unos 20 centímetros y está inundada con agua muy radiactiva.
Los trabajadores tienen previsto verter cemento para cubrir la grieta y detener el escape, de cuya existencia se sospechaba tras detectarse en los últimos días en las aguas costeras próximas a la central niveles de radiactividad muy superiores al límite legal.
La fosa, de unos dos metros de profundidad, contiene cables eléctricos y está muy cerca de la toma de agua del reactor 2, que al igual que las unidades 1 y 3 tiene varias áreas anegadas con agua radiactiva que complica aún más los esfuerzos de los operarios.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón no descartó que haya otras filtraciones de líquido contaminado al mar, y ordenó a Tepco que hiciera nuevas pruebas en las aguas costeras para evaluar la presencia de materiales radiactivos.
El drenaje de las zonas inundadas se ha convertido en una de las prioridades de los trabajadores y expertos, que estudian las alternativas para almacenar el agua radiactiva.
Entre las opciones que se barajan está utilizar una isla artificial flotante que daría cabida a 10.000 de las cerca de 13.000 toneladas de agua contaminada que se detectaron en las instalaciones de la central, según Tepco.
La isla, una gran estructura de acero, se traería desde la ciudad de Shizuoka (a unos 360 kilómetros al sur de Fukushima), donde en la actualidad hace las veces de parque pesquero flotante.
Aunque los escapes y la radiactividad complican aún más las labores de los operarios, también se han logrado algunos avances, como la instalación de un sistema provisional de bombeo de agua marina en los cuatro reactores. El sistema aún no se ha puesto en marcha, ya que antes se debe examinar si las tuberías de los reactores resultaron dañadas por el terremoto del 11 de marzo y los elevados niveles de radiactividad por ahora lo impiden, informó NHK.
En los trabajos para controlar la central participan cientos de empleados de Tepco, bomberos y militares, algunos de los cuales recibieron hoy la visita del primer ministro, Naoto Kan, que viajó hasta una base situada a unos 20 kilómetros de la planta nuclear.