durante 13 días, Vitoria ha sido una de las principales paradas de una exposición, galardonada con varios premios, que tenía como tema central la biodiversidad. La plaza de la Virgen Blanca fue el escenario elegido por el Ayuntamiento gasteiztarra para dar la bienvenida a una muestra que llevaba el sello de la Unión Europea y el mensaje de que el ser humano forma parte de un entramado de especies y ecosistemas en el que todos los seres vivos desempeñan un papel fundamental.
La elección de la capital alavesa como sede temporal de una exposición que recorrerá otros puntos del Estado no era casual. Vitoria ha sido recientemente designada como la Green Capital y es por ello que Europa se fijó en esta ciudad para plantar sus paneles. La campaña de sensibilización, que llevaba como título Biodiversidad: todos somos parte, se llevó a cabo del 25 de enero al 6 de febrero, tal y como pudieron comprobar los ciudadanos que por aquellas fechas pasearon casual o conscientemente por la céntrica plaza.
Una vez recogidos todos los bártulos, hay quien se hizo la siguiente pregunta: ¿por qué, siendo una campaña organizada por la Comisión Europea y avalada por el Ayuntamiento de Vitoria, se ha desarrollado íntegramente en castellano, sin respetar las dos lenguas oficiales de la Comunidad Autónoma Vasca? Formaciones como Aralar no han perdido tiempo en trasladar esta duda al seno del órgano que organizó la exposición. Así, a través de ERC, consiguió hacer llegar a la Comisión Europea una pregunta para que ésta respondiera cuáles eran los motivos que le habían llevado a ignorar el euskera en esta campaña de sensibilización que pretendían hacer llegar a todos los alaveses.
En la pregunta le recordaba al Ejecutivo comunitario que con su decisión había demostrado "una imagen de escasa sensibilidad por el respeto a la diversidad cultural y lingüística, riqueza de la Unión Europea, así como una infracción de la normativa autonómica en dichas materias".
El pasado 15 de marzo, el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik, daba respuesta a la interpelación realizada por Aralar. En la contestación, éste aseguraba que conocía que en España existen varias lenguas oficiales, y concretamente en Vitoria el euskera y el castellano. Sin embargo, y aunque los documentos utilizados en la exposición sobre la biodiversidad sólo estaban disponibles en una de las dos lenguas, la Comisión no cree haber actuado de forma irrespetuosa, por las razones siguientes. Al parecer, dichos documentos forman parte de una serie estándar usada en diversas ciudades y regiones españolas durante 2010 y principios de 2011. Por "razones de rentabilidad", los paneles se formularon en una única lengua y la Comisión dio instrucciones al contratista encargado de los actos para que velara por conseguir la aprobación previa del Ayuntamiento de Vitoria para poder usar sólo el castellano. El Gobierno municipal, por lo tanto, dio el visto bueno a que se prescindiera del euskera en la exposición.
En vista de ello, Aralar denuncia que "los euskaltzales de Gasteiz se sienten indignados ante la falta de respeto hacia el euskera que ha mostrado la Comisión Europea" en esta ciudad. Igualmente, critica al equipo de gobierno de Patxi Lazcoz, que dice apoyar la lengua vasca pero apenas ha mostrado interés en tratar de que la exposición sea trasladada a la ciudadanía también en euskera. "Al menos éticamente el Ayuntamiento debería haber pedido que la muestra se hiciera en euskera", señaló Andrés Landa.